Critica: ¡Bravísima María Linares!
¡Bravísima María Linares!
FESTIVAL SERENATES 2023. Obras de Brahms, Saint-Saëns, Chapí, Serrano y Giner. Orquestra de València. Director: Daniel Gil de Tejada. Solista: María Linares (piano). Lugar: Centre Cultural La Nau. Entrada: Alrededor de 350 personas. Fecha: jueves, 29 junio 2023.
La pianista María Linares (València, 2001) se confirmó el jueves, en su actuación en el Festival Serenates junto con la Orquestra de València, como uno de los valores emergentes más prometedores del nuevo pianismo valenciano y español. Tras su triunfal debut en el pasado Festival Iturbi, cuando interpretó conciertos de Bach y Mozart, ahora ha vuelto a comparecer ante sus paisanos con una interpretación plena de musicalidad, aliento romántico y rotundidad técnica del risueño pero muy exigente Segundo concierto para piano y orquesta de Saint-Saëns. Versión de joven plenitud y feliz sentido expresivo, que contó con la complicidad en el podio de Daniel Gil de Tejada, quien completó el más que variado programa con obras de Brahms, Chapí, Serrano y Salvador Giner.
La acústica poco propicia del claustro del Centre Cultural La Nau impidió que el sonido poderoso, con carácter y proyectado estilo de Linares no alcanzara plenitud y equilibrio junto con una Orquestra de València lejana a las matizadas sutilezas de un pianismo que rezumó aromas franceses y cuajado virtuosismo. Cosechó un éxito trufado de bravos y reiteradas salidas a saludar. Un acontecimiento que marca un antes y después en la carrera ascendente de este nuevo valor del piano. ¡Bravísima! exclamó alguien del público y suscribe convencido el crítico.
Formado en València con Eduardo Cifre y luego en Londres, con Neil Thomson y John Carewe (maestro también de Simon Rattle), Daniel Gil de Tejada forma parte de la nueva generación de directores valencianos con carrera radicada más allá de los confines autonómicos (“regionales” comienza a oírse de nuevo, como en tiempos de Maricastaña). En esta nueva colaboración con la OV, ha liderado un programa de difícil amalgamiento, porticado con la música siempre grande de Johannes Brahms, de quien -muy acorde con el entorno y ambiente de este festival promovido por la Universitat de València- se escuchó una vibrante lectura de la Obertura para un festival académico, con su ocurrente cita final del célebre Gaudeamus Igitur, el himno universitario por excelencia.
La segunda parte estuvo toda ella dedicada a compositores valencianos. Tras un tremendo inicio, con un desafortunado preludio de La revoltosa en el que los metales metieron la gamba para deshonra de Chapí y de la propia orquesta, la cosa se corrigió en fragmentos menores pero lucidos de Serrano (La casita blanca, Moros y cristianos, La venta de los gatos), y, sobre todo, en la muy levantina Una nit d’albaes, del “patriarca” Salvador Giner, pequeño poema sinfónico en el que asoman tanto su abierta admiración por Saint-Saëns como la pasión por las melodía y ritmos populares del terruño.
Gil de Tejada gobernó el itinerario de este programa disperso pero secretamente compacto con algo más que solvencia y profesionalidad: hubo lealtad al pentagrama, criterio y nítidos aromas populares. En definitiva, “una nit amb el Mestre Serrano” lúdica y exitosa. El mestre de Sueca hubiera disfrutado de lo lindo. Tanto como el caluroso público que abarrotó el claustro del Centre Cultural La Nau. Aunque Lluís Vives, bien atento en su pétreo pedestal en el centro del claustro, no pareció inmutarse. Ni siquiera aplaudió. Justo Romero.
Publicado en el diario Levante el 1 de julio de 2023.
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