Crítica: Paloma Brito y Christopher Bouwman con la Orquesta de la Comunitat Valenciana en el ciclo Matins a Les Arts
Matins a Les Arts, estímulo y futuro
Orquesta de la Comunitat Valenciana. Christopher Bouwman (oboe). Paloma Brito (directora). Programa: Obras de Mozart (Adagio y fuga en do menor. Concierto para oboe. Sinfonía número 29). Lugar: València, Palau de les Arts. Entrada: 1.412 personas (lleno). Fecha: Domingo, 5 febrero 2023.
Impresionante. También conmovedor. Sentir el Palau de les Arts abarrotado de jóvenes y niños que escuchan atentamente un concierto sinfónico monográfico dedicado al eternamente joven Mozart es estímulo y garantía de futuro. También razón de ser de una institución pública como el Palau de les Arts y de su esplendorosa Orquestra de la Comunitat Valenciana. La difusión y formación de nuevos públicos son puntales de cualquier centro cultural que se precie. Es evidente que estas actividades educativas, con frecuencia tildadas equivocadamente como “menores”, son tan esenciales e imprescindibles como montar el Anillo del Nibelungo o Wozzeck.
El ciclo Matins a Les Arts, como también el ambicioso y diversificado programa didáctico que dirige Víctor Gil dentro de la estructura del Palau de les Arts, nació destinado a cumplir este compromiso imprescindible y gratificante. Lo puso en marcha Helga Schmidt en su día y lo ha potenciado con decisión y buenas luces Jesús Iglesias. En total, seis matinés cada temporada: tres a cargo de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, dos del Centre de Perfeccionament ex-Plácido Domingo y una protagonizada por el Cor de la Generalitat.
El domingo fue la Orquesta de la Comunitat Valenciana la coprotagonista -junto con los chavales y familiares que abarrotaron las 1.412 butacas de la Sala Principal del Palau de les Arts,- de tan juvenil cita mozartiana. En medio de ella, Christopher Bouwman, solista de oboe de la propia orquesta desde su fundación en 2006, lució clase instrumental y categoría artística en una versión del Concierto para oboe de Mozart plena de estilo, virtuosismo, solvencia instrumental y sentido clásico. Articulación, calidad y belleza de sonido, y fraseo transparente fueron cualidades que definieron la actuación del oboísta holandés, artista que ejemplifica las calidades y muchas cualidades de la orquesta a la que pertenece.
Contó con el acompañamiento discreto de la directora valenciana Paloma Brito, joven promesa valenciana con mucho recorrido por delante. Ganará enteros cuando afirme ante la partitura y sobre el podio personalidad, maneras y temperamento. Su Mozart, hoy aún novel, plano y monocorde, apunta posibles maneras. La calidad reconocida de la OCV hizo que las obras que completaron el programa -la Sinfonía 29 de Mozart, y el Adagio y fuga en do menor del mismo compositor- se escucharan con énfasis, redondez y acentos cuidadosamente definidos. Un diez. Justo Romero
Publicado el 7 de febrero en el diario Levante.
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