Crítica: Buniatishvili en el Ciclo Grandes Intérpretes
KHATIA BUNIATISHVILI – CICLO GRANDES INTÉRPRETES DE SCHERZO
Humo
Obras de Beethoven. Khatia Buniatishvili. Ciclo Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo. Auditorio Nacional, Sala Sinfónica, Madrid. 29-X-2019.
Comentaba una espectadora a la salida del concierto que había que ser muy osada o muy inconsciente para programar un concierto monográfico con sonatas de Beethoven. Y más con estas sonatas en particular, tan instaladas en el imaginario popular y manoseadas por la sobreexposición en los escenarios. Hubo un poco de ambas cosas.
La ambición que sobraba en el programa se contraponía con lo que le faltó al Beethoven de Buniatishvili, primordialmente en la primera parte. Se echaron en falta dinámicas intermedias entre los pianísimos y los fortísimos, discursos trascendentes más orgánicos y menos impostados, visión de conjunto, en suma. Esto se ejemplificó en el arranque del concierto, con la maniquea forma de entender la Sonata n.º 17 en Re menor, “La tempestad”, extendida en su largo inicial hasta un punto en el que el Adagio posterior perdía toda su esencia. En la misma línea, algo menos desmedida, fue la “Claro de luna”, con mucha atención a los detalles del primer movimiento pero falto de densidad sonora y limpieza en los pasajes más comprometidos. Mejoró el paisaje en la segunda parte gracias a un Adagio cantábile de la Patética más cercano al dolor primordial sin excesos que lo anima y a una Appasicon con mayor peso y un equilibrio sonoro entre las dos manos menos exiguo.
El resultado general fue un Beethoven estético (sin duda), pero mermado en sus cimientos, que lejos de iluminarse por nuevas perspectivas perdió definición y hondura. Una propina handeliana dio por cerrada la velada. No hay dudas respecto a las cualidades técnicas de Buniatishvili, ni de su torrencial manera de entender la interpretación. Falta que con el tiempo deje de importarle tanto la columna de humo que todos ven desde la lejanía para alimentar como merece el fuego de quienes escuchan sin tanta necesidad de espectáculo. Mario Muñoz Carrasco
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