XXIV CERTAMEN PEDRO BOTE

El mejor canto triunfa en el Certamen Pedro Bote

Obras de Albéniz, Beethoven, Bozza, Brotons, Debussy, Françaix, García Leoz, Liszt, Schubert, Strauss, Turina, Verdi, Vivaldi, etcétera. Mar Morán, Annya Pinto (sopranos), Litore Quartet Saxofones. Casa de Cultura de Villafranca de los Barros (Badajoz). 28 noviembre 2021.

Mar Machado. Certamen Pedro Bote

El mejor canto se ha impuesto en la final del XXIV Certamen Pedro Bote, el concurso que anualmente se celebra en la ciudad extremeña de Villafranca de los Barros promovido por su ilustre Ayuntamiento y abierto a todas las disciplinas musicales. La ganadora absoluta y por unanimidad de la actual edición, cuya final se celebró el domingo en la muy musical Casa de la Cultura de la cálida capital de la Tierra de Barros, ha sido la joven soprano pacense Mar Morán, artista y voz de enorme proyección, actual alumna de la Escuela Superior de Canto en Madrid, que se impuso con un repertorio sin reservas entre el que no faltaron retos tan comprometidos como el aria “Regnava nel silencio” de Lucia di Lammermoor, o la gran escena de Violetta del primer acto de La Traviata.

Mar Morán convenció y venció con una voz de verdadera soprano ligera, pero cuya agilidad y facilidad en el agudo y sobreagudo no resta fuelle, cuerpo, peso y consistencia a un registro medio y grave de verdadero relieve. Sumó a estas cualidades capacidades expresivas y dramática de muy primer rango. Ausente de todo y sumergida en la vivencia de personaje, los cantó desde su más extrema intimidad. Como los grandes de verdad, ni hizo de Lucia o de Violetta, sino que se transfiguró en ellas para, desde esa interioridad, proyectarlas al auditorio. Completó sus exitosas intervenciones con canciones y Lieder entre los que no faltó la Canción de la Malibrán, de Jesús García Leoz, que ella misma tiene grabada en un referencial disco monográfico junto al piano de Aurelio Viribay.

El segundo premio fue compartido, ex aequo, por la soprano chilena Annya Pinto, actualmente en la Escuela Reina Sofía de Madrid, y el cuarteto de saxofones “Lítore”. De tintes más líricos, Annya Pinto, que también se formó en el Centre de Perfeccionament del Palau de les Arts de València, lució un canto de tintes más dramáticos y vocalidad robusta e inteligentemente gobernada. Tras una primera fase ciertamente sobresaliente, mantuvo en sus diferentes intervenciones una destacada presencia del universo schubertiano, cuyas sutilezas y evocaciones poéticas casan bien con su naturaleza expresiva, como lució en los Lieder Die Junge Nonne y Ständchen. Tuvo, además, el acierto de presentar una selección del exquisito ciclo vocal Claireres dans le ciel, de Lili Boulanger. Menos vuelo alcanzó el Turina incompleto del Poema en forma de canciones.

Radicado en Palma de Mallorca, el cuarteto de saxofones “Lítore” rozó la perfección en su triple actuación durante las tres fases del certamen. Cuatro instrumentistas que tocan, respiran y frasean bajo un único latir y sentir. El equilibrio es tan absoluto como la perfección instrumental de cada uno de sus componentes. Siempre con partituras originales, con expresa renuncia a la transcripción, generaron momentos de auténtica mágica acústica, como en las interpretaciones que ofrecieron del ciclo Ciudades, de Guillermo Lago, desde la desolación de Sarajevo a la evocación lejana de una Córdoba que aquí se antoja más soñada que vivida. Su formidable interpretación de Fragments Striés, de Hèctor Parra, les valió, además, el premio a la mejor interpretación de música española.

En la actual edición, a la que se suscribieron dieciocho candidatos, destacaron en la fase semifinal la flautín Ester Esteban Solana, los clarinetistas Daniel Molina Díaz y Dúo Air, y los pianistas Rodrigo López Rueda y el murciano Arturo Abellán. En el jurado figuraron el clarinetista Miguel Espejo, el violinista Enrique Palomares, la soprano Carmen Solís y la compositora Iluminada Pérez, ambas pacenses. Justo Romero