Orgía visual, musical y teatral

Espectáculo de La Fura dels Baus sobre la obra de Carl Orff. Solistas: Evila Cardeña, Amparo Navarro, Virginia Esteban, Lorenzo Moncloa, Rajiv Cerezo, Ángel Martínez, Luca Espinosa. Orquesta Sinfónica de Chamartín. Coro CB Creatives. Director de escena: Carlus Padrissa. Director musical: César Belda. Lugar: Cartuja Center. Fecha: Domingo, 29 de octubre. Aforo: Lleno.

Carmina Burana por La Fura dels Baus

Catorce años lleva ya dando vueltas por toda España este gran espectáculo salido de la mente incansablemente creativa de Carlus Padrissa (y que llega a Granada esta semana entrante). El fundador de La Fura dels Baus toma los poemas de los goliardos y la música de Carl Orff para desplegar todo un homenaje visual y sonoro a la felicidad de vivir, a la exaltación de los placeres cotidianos de la bebida, la comida y el sexo, al despliegue de una concepción orgiástica de la vida, desenfadada, desprejuiciada, chispeante como los ojos alegrados por el vino, temblorosa como el cuerpo azotado por la fusta del deseo. Todo ello lo lleva Padrissa a la realidad escénica con su reconocida imaginación y sabiduría para combinar los efectos de luz, color y movimientos escénicos. Un gran cilindro de tela en el centro del escenario oculta al grupo instrumental a la vez que sirve de pantalla para la proyección de imágenes cuajadas de fuerza y de capacidad de sugestión. Y, por supuesto, con los estilemas propios de Padrissa: la grúa para elevar a los cantantes sobre las cabezas del público, el tanque de agua en el que evoluciona el personaje que arroja agua sobre el público, el cuerpo como superficie de expresión teatral. Son muchos los momentos brillantes, pero destacaría la combinación de proyección y acción corporal en la ducha de las muchachas, el pato que se lamenta Lacus olim colueram mientras es asado en lo alto de la grúa, los bellos efectos visuales de la evolución del cuerpo dentro del tanque de agua o, finalmente, la interacción con el público en Ego sum abbas. Y todo ello con una perfecta sincronización y armonización con la música y el texto de cada momento, consiguiendo así un todo orgánico arropado por una iluminación soberbia.

En lo musical, César Belda dirigió a un conjunto instrumental formado por dos pianos, contrabajo, flauta, timbales y amplia percusión con firme sentido del ritmo y de los cambios de dinámicas. De la mano de Belda fueron también las piezas corales iniciales escritas al estilo Orff. Brillante el resultado sonoro conseguido y el equilibrio logrado con el coro y las voces solistas. Coro, por cierto, de dieciséis voces muy empastadas y con gran soltura escénica. El estupendo sistema de amplificación del Cartuja Center permitió que todo sonase con naturalidad y nitidez.

Siento no poder mencionar los nombres de los solistas porque no se facilitaron (en la ficha tienen a los que se alternan en la gira), pero cabe destacar la rotundidad y calidad de la voz del barítono (¿Lorenzo Moncloa?). Buena voz la de la soprano, pero muy apurada en la zona aguda de Dulcissime. Andrés Moreno Mengíbar

Publicada el 29 de octubre en el Diario de Sevilla