Crítica: Una ‘L’incoronazione di Poppea’ en estilo, pero discreta
UNA ‘L’INCORONAZIONE DI POPPEA’ EN ESTILO, PERO DISCRETA
L’incoronazione di Poppea de Monteverdi. Reparto: Jeanine De Bique, Kangmin Justin Kim, Iestyn Davies, Maite Beaumont, Liv Redpath, Federico Sacchi, James Way, Frances Gregory, Hilary Cronin, Lauren Lodge-Campbell, Xavier Hetherington. Coro de la Comunidad de Madrid. The English Concert. Harry Bicket, director. Auditorio Nacional, Madrid. 17 de marzo de 2024
Orfeo, la primera ópera de Monteverdi que se conserva, data de 1607, cuando trabajaba en la corte de Mantua, mientras que la presente es la culminación de su compromiso con Venecia. L’Incoronazione di Poppea, con sus enredadas maquinaciones de poder y lujuria, nos resulta asombrosamente contemporánea. Quizá por ello la obra de Monteverdi -por cierto, la primera de su catálogo basada en hechos reales– se haya ofrecido con cierta frecuencia en nuestro país. Concretamente, la última fue en el Liceo en representación escénica el año pasado.
Se nos da ahora en una gira por varias ciudades que incluye Barcelona y Madrid. Puestos a buscar más razones para ello, cabe pensar en la reducida plantilla orquestal con la que puede ofrecerse, de apenas algo más de una docena de instrumentos y que no requiere grandes voces, pudiéndose presentar, como ha sido en el Auditorio Nacional, con solistas correctos pero que, en general, no pasaban de la discreción.
Quizá la mejor, nuestra soprano Maite Beaumont como Octavia, con voz de mezzo muy lírica y no muy potente, pero meritoria en el “Adiós a Roma” y, entre lo más flojo, la áfona de la supuesta contralto Frances Gregory en los papeles, entre otros, de Arnalta y Nutrice. Convenció el bajo Federico Sacchi como Seneca, salió airoso el contratenor Kangmin Justin Kim, suficiente en coloraturas y expresividad, sugiriendo también las escenas y cumplió muy discretamente Jeanine De Bique como Poppea, soprano de voz metálica, sin demasiada extensión ni caudal. La tónica correcta, pero discreta, acompañó al resto del reparto.
Harry Bicket, a la batuta y el clave, hizo honor a su clase de verdadero especialista en este repertorio, como ya lo había hecho hace un año en Solomon de Haendel. El sonido de los quince músicos de The English Concert resultó admirable si no deslumbrante, superando las diversas texturas instrumentales y bien acompañados por el Coro de la Comunidad de Madrid. Fueron dirigidos con precisión, matiz y algo menos de vitalidad, lo que no es extraño habida cuenta de su duración de más de tres horas y media incluyendo dos descansos.
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