UN BACH FIABLE Y AUTÉNTICO

Cantatas de Bach: Warum betrübst du dich, mein Herz, BWV 138 (1723), Liebster Gott, wenn werd ich sterben?, BWV 8 (1724), Die Elenden sollen essen, BWV 75 (1723). Collegium Vocale de Gante. Director: Philippe Herreweghe. Madrid, Auditorio Nacional, 30 de enero de 2025. La Filarmónica.

Collegium Vocale de Gante

Herreweghe (1947) fundó en 1970 los conjuntos que constituyen el llamado Collegium Vocale de Gent. Aunque luego abriría el camino a otras formaciones y desplegaría, y lo sigue haciendo pese a la edad, otras muchas actividades, no solo conectadas con la música barroca. Con sus muchachos, algunos ya mayorcitos como es lógico, nos ha visitado de nuevo para entregarnos interpretaciones de tres cantatas de Bach. Una música en la que se mueve como pez en el agua.

Breves y suaves indicaciones, movimientos sinuosos e inextricables de su muñeca derecha, contención con la izquierda, mirada a vizor, partitura siempre en el atril… Suficiente para que la música mane de manera natural, tranquila, fluyente, siguiendo una exposición bien diseñada con visos de autenticidad envuelta en una sonoridad bien acolchada, equilibrada, sin estridencias. Con todo en su sitio, con las líneas perfectamente labradas y los acentos justos. Sin estridencias, con buena afinación general y un buen, aunque no perfecto, empaste coral. Ell inicio de la Cantata BWV 8, que abrió la sesión, quedó un tanto deficiente desde ese punto de vista.

Visión auténtica, atemperada, con solistas de viento muy buenos, especialmente el oboe, que cuantas veces intervino en los obbligati mostró dulzura de sonido, fraseo bien diseñado y cálida acentuación. Aunque todos los componentes del pequeño grupo, no más de trece, estuvieran a muy buena altura. El Coro, de unos 12 miembros, empastado y musical, mostró alguna que otra irregularidad en las voces femeninas. Los cuatro solistas se encuadraron en la formación con naturalidad.

De ellos el mejor, a gran distancia, fue el bajo Kresimir Strazanac, de pasajeras resonancias baritonales. Centrado, afinado, excepto en su primera intervención a solo, solventó sin mayor problema algunas agilidades nada fáciles, así en el aria “Mein Herze glaubt und liebt” de la Cantata BWV 75, la más extensa. Dio solidez a los graves del Coro. Una voz importante. Más que la de los otros solistas, en cualquier caso decorosos.

El contratenor, Alex Potter, evidenció potencia y personalidad con una voz de soprano muy audible pero de pureza relativa. El tenor, Guy Cutting, mostró un timbre agradable de escaso peso y una dicción muy nítida. La soprano, Grace Davidson, ligera y musical, nos pareció algo limitada de expresión y un tanto alicorta en lo vocal.

Pero la musicalidad general fundamentó a la postre el interés de los planteamientos directoriales. Echamos de menos, en cualquier caso, un mayor vigor, una viveza más acusada en los tempi, un manejo de los contrastes dinámicos más relevante, una chispa bachiana más reconocible. No nos encendió la sangre una exposición tan educada, fiable y pulcra. Y verdadera, no hay que dudarlo, apoyada, ya se ha dicho, en unos bien adiestrados conjuntos, con un positivo relevante y un trompetista, con instrumento natural, claro, tan eficaz. Muchos aplausos y ningún bis.

Arturo Reverter