Critica: Con Evelyn Herlitzius, la ópera debería llamarse Kostelnicka
JENUFA (L. JANACEK)
Deutsche Oper de Berlín. 31 Enero 2020.
Jenufa siempre es una ópera que engancha al auditorio, si se hace bien. Aquí hemos asistido a una estupenda representación de esta gran ópera, en la que todo ha funcionado perfectamente, empezando por una estupenda versión musical, una notable producción escénica dentro de su simplicidad y un buen reparto vocal, con notas sobresalientes en algunos casos.
La producción ofrecida por la Deutsche Oper lleva la firma de Christof Loy y se estrenó aquí en Marzo de 2012. Se trata de un trabajo simple, pero muy bien hecho. Toda la ópera se desarrolla en un espacio único y un tanto cerrado con paredes blancas, ya que estamos en la celda a la que introducen a Kostelnicka al principio de la representación, desarrollándose la acción como un relato de los recuerdos de la madrastra de Jenufa. La citada celda, como digo, es escenografía única de Dirk Becker y cuando estamos en la casa de Kostelnicka y Jenufa se abre lentamente la pared trasera para dejar ver un paisaje de cereales en el primer acto y otro nevado en los dos últimos actos. El vestuario deJudith Weihrauch responde a tiempos actuales y resulta adecuado, contando con una buena iluminación por parte de Bernd Purkrabek.
La producción es muy simple y todo está centrado en los personajes, especialmente en el de Kostelnicka, narrando la trama con intensidad y contando con una notable dirección escénica. Es una producción, en suma, al servicio de la ópera y no al revés, como ocurre con tanta frecuencia últimamente.
Uno de los grandes puntales del espectáculo ha sido la dirección musical del titular de la casa, el escocés Donald Runnicles, que nos ha ofrecido una de las mejores direcciones que recuerdo de este muy buen maestro. La tensión y fuerza dramática existió siempre y nada podía hacer que la atención del espectador se despistara en absoluto de lo que acontecía delante de sus ojos. Una estupenda lectura la suya, de la que hemos podido disfrutar de manera inequívoca. A destacar también la prestación de la Orquesta de la Deutsche Oper Berlín, así como del Coro de la Deutsche Oper en sus breves intervenciones.
La ópera lleva por título Jenufa, pero estoy convencido de que Janacek habría cambiado el mismo por del de Kostelnicka de haber contado en el estreno con intérpretes de la altura de las que hemos podido ver en los últimos años, entre las que merece ocupar un lugar muy especial la alemana Evelyn Herlitzius, que ha sido una Kostelnickja de una intensidad vocal y escénica inolvidables. Una gran actuación la suya en todos los sentidos, de las que uno no tiene más remedio que guardar en su recuerdo durante mucho tiempo.
Jenufa fue interpretada por la soprano suiza Rachel Harnisch, que tuvo una buena actuación. La voz funciona bien, destacando en el segundo acto, donde cantó con recogimiento y gran intensidad. En los actos primero y tercero tenía que hacer frente a un mayor volumen orquestal y tuvo algunas dificultades para superarlo, especialmente en el primero de los actos, en los que se me quedó un tanto corta.
Intensa también la actuación del tenor Robert Warson en la parte de Laca, que ofreció una destacada interpretación, muy creíble en todo momento. La voz es algo sorda en el centro, pero brilla en el tercio superior y en conjunto resulta un destacado intérprete.
Steva fue interpretado por el tenor Ladislav Elgr, que lo hizo de manera notable, con voz adecuada y atractiva, moviéndose bien en escena.
En los personajes secundarios mencionaré en primer lugar a dos viejas glorias de la ópera, como son la mezzo soprano Renate Behle y la soprano Nadine Secunde. La primera fue una adecuada Abuela Burya y la segunda lo hizo bien como Esposa del Alcalde.
Lo hizo bien también Philipp Jekal como Molinero, siendo más modesto vocalmenteStephen Bronk como Alcalde. Bien también la joven Jacquelyn Stucker, como Karolka, así como Karis Tucker en Barena, Meechot Marrero en Jano y Fionnuala McCarthy como Pastora.
La Deutsche Oper ofrecía una entrada que no pasaría de dos tercios de su aforo, con los huecos mayores en los pisos de arriba. El público mostró su plena complacencia con la representación, dedicando una gran acogida a los artistas, especialmente a Evelyn Herlitzius y a Donnald Runnicles y su orquesta.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 59 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 2 horas y 4 minutos. Ocho minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 86 euros, habiendo butacas de platea desde 26 euros. La localidad más barata costaba 20 euros. José M. Irurzun
Fotos: B. Stöss
Últimos comentarios