Crítica: Concierto de Urbansky y Gerhager
CONCIERTO K. URBANSKY Y GERHAHER
Auditorio Kursaal de San Sebastián. 22 Agosto 2018
Este concierto tenía para mí el aliciente de contar en el mismo con los Des Knaben Wunderhorn o más bien una selección (fueron 7) de los mismos. Indudablemente, la presencia de Christian Gerhaher como solista era toda una garantía. El concierto ha tenido un buen resultado, aunque me pareció más conseguida la primera que la segunda parte.
Los Kaben Wunderhorn (El Cuerno Mágico de la Juventud) son una colección de lieders o canciones compuestas por Gustav Mahler en 1905 para solista y orquesta y están basadas en poemas de Achim von Arnim y Clemens Brentano, que fueron escritas entre 1805 y 1808. Son un total de 12 canciones, de las que aquí hemos podido escuchar 7 de ellas. Puedo afirmar que todos los grandes lideristas han prestado mucha atención a las composiciones de Mahler y las canciones que ahora nos ocupan no son una excepción a la regla. Bueno será recordar que la edición crítica de los mismos se publicó en 1993 y fue un trabajo llevado a cabo por Renate Hilmar-Voit y el barítono Thomas Hampson.
No cabe duda de que el barítono alemán Christian Gerhaher es uno de los grandes especialistas en el campo del lieder en la actualidad, como lo prueba el hecho de que su agenda está mucho más repleta con actuaciones en este género que en el de la ópera. Su actuación me ha quedado algo por debajo de lo que yo esperaba. Su interpretación de estas canciones tuvo dos partes distintas. En la primera de ellas, que cubría las cuatro primeras, su voz no corría con facilidad por la sala, lo que no me había ocurrido con él hasta ahora. Las cosas mejoraron notablemente a partir de Revelge y también en los dos últimos lieder (Tambourgesell y Urlicht) hubo emoción y una excelente expresividad por su parte. Es como si Gerhaher hubiera tardado en calentar su instrumento. Si toda su actuación hubiera estado al nivel de las tres últimas canciones, podríamos haber asistido a un auténtico triunfo por su parte.
El acompañamiento orquestal corrió a cargo de la NDR ElbPhilharmonie de Hamburgo a las órdenes de su director titular, el joven (34) polaco Krzysztof Urbanski, a quien era la primera vez que veía dirigir y que me ha dejado una buena impresión, especialmente en la primera parte del concierto. Su dirección de los lieder de Mahler fue brillante y emotiva, contando con una notable prestación por parte de su orquesta.
Comenzó el concierto con la interpretación del Adagio de la Sinfonía No 10 de Gustav Mahler, en la que la impresión que me produjo el maestro Urbanski fue muy favorable, dirigiendo con gran delicadeza y excelente dominio de la partitura.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada a la Sinfonía No 2 de Johannes Brahms, en la que su dirección me resultó menos convincente que lo que fue en la primera parte del concierto. Hubo más superficialidad en su lectura que la que yo esperaba tras los escuchado en Mahler. En cualquier caso, estamos ante un sorprendente maestro, a quien merece la pena seguir de cerca. Como detalle adicional, diré que dirigió a Brahms sin partitura.
Como propina nos dedicó una emotivo Agur Jaunak, recibido, como es tradicional, con el público puesto en pie.
El concierto comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración de 2 horas y 16 minutos, incluyendo un intermedio de 25 minutos. Hubo una cálida acogida del público en las dos distintas partes del concierto.
El Kursaal ofrecía huecos poco habituales en estos días. La entrada rondaría el 80 % de su aforo. El precio de la localidad más cara era de 60 euros, costando 30 euros la más barata.
José M. Irurzun
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