Crítica: Concierto de finalistas del Concurso Tenor Viñas en el Teatro Real
Tres estrellas del futuro
Yulia Merkudinova, Yewon Han, Ann-Kathrin Niemczyk, finalistas del 60º Concurso Tenor Viñas. Orquesta Titular del Teatro Real. Director: Luis Miguel-Méndez Chaves. Teatro Real, 4 de junio de 2023.
Vuelve el Real a colaborar con el Concurso Tenor Viñas y a acoger en su escenario a algunos de sus ganadores. Hoy hemos tenido ocasión de escuchar a los tres primeros premios de este año, tres sopranos que han puesto de manifiesto su preparación y con ello el nivel que el certamen ha alcanzado en su edición número 60. Estaba anunciada una mezzo, Egènie Joneau, segundo premio en 2022, que, ignoramos las razones, no ha aparecido.
En todo caso, lo ofrecido por el trío de sopranos ha compensado la ausencia. Yuka Merkudinova y Yewon Han son dos lírico-ligeras de similares características, con algo más de cuerpo la primera, dotada de un timbre de reflejos más suaves, un claroscuro más atractivo, una amplitud mayor y un juego más emotivo. Su interpretación de “Quel guardo il cavalliere” de “Don Pasquale” de Donizetti, certera, franca, bien regulada, perfectamente afinada, fue ejemplar. Tuvo carne y contenido, espíritu y expresión. Ningún problema en la coloratura. Sobreagudos en su sitio. Lejos de lo maquinal. En el “Aria de las campanas” de “Lakmé” de Delibes estuvo impecable en los “staccati”, en los fúlgidos ataques, en los caracoleos, con un Mi bemol 5 de cierre por todo lo alto, con brillo satinado y dimensión.
Han posee un instrumento algo más delgado, igualmente muy extenso y fácil y muestra un manejo y resolución de las más peliagudas agilidades casi perfecto. El timbre tiene algo más de metal, espejea en mayor medida, y es aún más exacta en las notas picadas, los trinos, los sobreagudos, aunque quizá y le falta un poco de la vibración cordial y generosa de su compañera. Se lució en una preciosa recreación de “Care compagne… Come per me sereno” de “La sonnambula” de Bellini. Valores que mantuvo en el aria de Titania de “Mignon” de Thomas y en la espumosa intervención del segundo acto de “Arabella” de Strauss a cargo de Fiakermilli.
Primero y segundo premio del Viñas 2023 ahí se andan por tanto. Sin duda a un nivel algo inferior se sitúa Niemczyk, una “lírico-spinto” con dimensión, estatura (no solo física), que cantó por derecho, con la poda correspondiente, la salida de Senta de “El Holandés errante” de Wagner. Afinación no perfecta, emisión canónica, timbre, no especialmente luminoso, dicción más que correcta. Su línea y aún su presencia tiende a un curioso, apreciable, poco peligroso, desmadejamiento. Quizá menos ajustada en el aria de Lisa de la “Dama de picas” de Chaikovski.
Todo llegó a buen puerto puesto que las tres estuvieron bien atendidas desde el foso por la batuta volandera y elegante, estupendamente orientada y muy indicativa de Luis Miguel Méndez-Chaves, un magnífico clarinetista que desde hace un tiempo vela sus armas como director. Con buena colaboración de la Orquesta del coliseo (Sinfónica de Madrid). Méndez sabe frasear, aunque no siempre es del todo preciso y a veces emborrona ciertas exposiciones, así en el comienzo de la obertura de “Don Pasquale”, pero sabe cantar y decir y está en el secreto de la colaboración con el solista.
Fraseó con mucho gusto y construyó estupendamente el “Paso a dos” de “El cascanueces” de Chaikovski y desarrolló con tino la obertura de “El Holandés”. La “Bacanal” de “Sansón y Dalila” de Saint-Saëns pudo tener un encaje más perfecto. Pero en conjunto su labor fue encomiable y se acopló bien a los vaivenes de las solistas. El público, que mediaba la sala, mostró un relativo entusiasmo, aunque aplaudió solícito. Arturo Reverter
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