Crítica: Conductus Ensemble en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián
TOCÓ GOZAR
Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. Conductus Ensemble. Obras de Johann Sebastian Bach. Andoni Sierra, director. Donostia Musika, producción
Acierto pleno de Donostia Musika en colocar el concierto que aquí se valora como el primero de los catorce que, hasta junio de este año, pivotarán sobre la obra ingente de Johann Sebastian Bach profesionales de mérito y bien reconocidos. Además, esta asociación musical, de este modo, tributa homenaje al universal artista Eduardo Chillida Juantegui, amante confeso del Genio de Eisenach, al cumplirse el pasado día 10 de enero el centenario de su nacimiento en San Sebastián.
De entrada, resultó un concierto bien diseñado -lo cual es importante a la hora de hacer una valoración global del evento-, dado que entre las dos cantatas se colocó el motete, lo que dio la necesaria agilidad al evento, que padeció -fue impuesta- una acústica deficiente, ya que la rectoría del teatro se negó a instalar la escénica caja acústica alegando el coste que ello suponía. Es como si se te permite hacer una tortilla de patata en casa ajena y no se te facilita lo pertinente para batir los huevos. ¡Cosas de Donosti Aldea!
Johann Sebastian Bach, siendo Koncertmeister en Weimar, escribió para el primer domingo de Adviento la cantata de iglesia Nun Komm, der Heiden Heiland (‘Ven ahora, Salvador de los gentiles’), sobre textos cristianos unificados por Erdmann Neumeister, y siendo estrenada el 2 de diciembre de 1714. Consta de seis movimientos.
El conjunto barroco de cámara Conductus Ensemble realizó una vigorosa exposición de esta pieza musical que resultó bien explicitada por su director Andoni Sierra, quien cuidó todos los detalles para lograr los equilibrios sonoros que mejor podían tener encaje en la irregular acústica. En sus 16 minutos de duración sobresalió el aria-oración de la soprano cantante del quinto movimiento “Öffne dich, mein ganzes Herze” (“Ábrete, corazón, de par en par”).
El motete Jesu, meine Freude (‘Jesús, mi alegría’) es el más largo y de mayor duración de los escritos por Bach (22 minutos en sus 11 movimientos), y se desarrolla sobre textos de la Epístola a los romanos de San Pablo.
Sierra estuvo certero a la hora de lograr el equilibrio en la alternancia de la estrofa coral y la impronta epistolar imprimiendo a la ejecución -seguro que tras un profundo análisis de la obra- la duplicidad de las líneas vocales tan peculiar en el trabajo del compositor. Hermosa resultó la breve coral en doble fuga “Ihr aber seid nicht fleischlich” (“Mas vosotros no vivís según la carne”).
Conductus Ensemble cerró concierto con la cantata coral Christ lag in Todesbanden (‘Cristo yacía amortajado’), escrita en 8 movimientos -que en este caso Sierra redujo a 7, al igual que hace Gardiner-, para el Domingo de Pascua de 1707, y basada en un himno homónimo de Martín Lutero.
Fue muy de agradecer el emotivo énfasis que imprimió el bajo, Jesús García Arejula, cantando el sexto movimiento [5º] “Hier ist das rechte Osterlamm” (“He aquí al verdadero cordero pascual”). Cuajados de emotividad son los aleluyas que en esta obra interpreta el coro, previo paso de las voces solistas.
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