L’INCORONAZIONE DI POPPEA (C. MONTEVERDI)

Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 14 Julio 2023

Vuelve esta segunda ópera de Claudio Monteverdi al escenario del Liceu, donde se pudo ver por última vez en el año 2017. Fue aquella una versión de concierto, dirigida por el francés Jean Christophe Spinosi. Anteriormente, solamente se había visto en este teatro en el año 2009, cuando se ofreció en la programación normal, siendo dirigida entonces por el americano Harry Bicket.

En mi opinión el resultado artístico de esta representación ha quedado por debajo del que pudimos disfrutar en la última ocasión referida más arriba, ya que podemos decir que ha cumplido en todos los aspectos, pero en ninguno de ellos ha llegado a entusiasmar.

Escena

Para la ocasión el Liceu nos ha ofrecido la producción que Calixto Bieito, estrenada en la Ópera de Zurich en el año 2018 y que se repuso tres años más tarde. El director de escena trae la acción a tiempos actuales, ofreciendo un escenario, en el que prácticamente la única escenografía consiste en unas gradas, que se van llenando de espectadores (unos 100), como si estuviéramos en un estudio de televisión o en el propio teatro, ya que, al entrar en la sala, vemos en la pantalla de fondo una proyección del Teatro de Liceu. La citada pantalla seguirá ofreciendo imágenes relativas a la trama, desarrollándose la acción en la parte delantera del escenario, ya que, como digo, la trasera está ocupada por el graderío, por donde salen los artistas a cantar, situándose en el centro y por debajo el foso de la orquesta. Una serie de pantallas laterales cerca del escenario ofrecen durante la representación imágenes de lo que ocurre en el escenario.

Bieito se centra en la depravación moral de los personajes, especialmente de Nerón, y su trabajo resulta interesante, narrando bien la trama, ofreciendo el problema de que el escenario en la parte del fondo afecta a la proyección de las voces. Resulta bien conseguida la escena final de la Coronación de Poppea.

La dirección musical corrió a cargo del director y viola catalán Jordi Savall, que llevó bien la obra, aunque eché en falta más variedad e imaginación por su parte. He tenido oportunidad de ver esta ópera dirigida por maestros como Spinosi, Bicket, Christie o Heras Casado y sus lecturas me han parecido mejores que la  que ahora nos ocupa. Estuvo a sus órdenes Le Concert des Nations, que tuvo una buena actuación.

Es bien sabido que esta ópera cuenta con un amplio reparto vocal, en el que son 6 los personajes más importantes, pero también tienen relevancia algunos de los que podemos llamar secundarios.

Julie Fuchs y Xavier Sábata

Poppea, la esposa de Ottone y objeto del deseo de Nerón, que terminará por conseguirla, fue interpretada por la soprano francesa Julie Fuchs, que fue precisamente quien estrenara esta producción en Zúrich. Tuvo una buena actuación vocal y escénica, contando además con figura adecuada para este personaje.

Nerón era el contratenor australiano David Hansen, que fue también quien estrenara esta producción en Zúrich. Bien sabido es que las voces de contratenor no destacan por su belleza, aunque hay algunas, cuya calidad es claramente superior. No es éste el caso que nos ocupa, no ofreciendo belleza tímbrica y sin estar sobrado tampoco de volumen. Es un buen intérprete en escena.

Ottavia, la esposa repudiada por Nerón, fue interpretada por la mezzo soprano checa Magdalena Kozena, que ofreció una actuación digna de ser destacada. La voz funciona perfectamente y es una notable cantante e intérprete.

Ottone, el inicial marido de Poppea, fue interpretado por el contratenor catalán Xavier Sábata, que tuvo una buena actuación en escena, aunque la voz tampoco ofrece excesiva calidad.

Drusilla, la amante de Ottone, era la soprano americana Deana Breiwick, que también lo hizo en el estreno de la producción en Zúrich. Es una soprano ligera, de timbre atractivo y que canta con gusto, ofreciendo una buena interpretación del personaje.

Magdalena Kozena

Séneca, el filósofo, fue interpretado por el bajo argentino Nahuel di Pierro. Lo hizo de forma adecuada.

El resto de personajes tienen menos importancia, pero algunos de ellos no pasan desapercibidos.

El trío que abre la ópera estuvo formado por Rita Morais (Fortuna), Irene Mas (Virtú) y Jake Arditi (Amore). Lo hicieron bien.

Los tenores Marcel Beekman y Mark Milhofer ofrecieron buenas actuaciones en sus importantes intervenciones como Nutrice y Arnalta, respectivamente.

Valetto fue bien cubierto por Natalia Labourdette. Bien también Thobela Ntshanyana, como Lucano y otros personajes episódicos. Adecuado Milan Perišic como Littore, doblando como Familiar. Finalmente, Guillem Batllori fue Liberto y Soldado.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración total de 3 horas y 30 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 57 minutos.

El Liceu ofrecía una ocupación de alrededor del 70 % de su aforo. La localidad más cara costaba 234 euros, habiendo butacas de platea desde 122 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 36 euros. José M. Irurzun 

Fotos: A. Bofill