Crítica: DiDonato, magnífica Dido en el Real
DiDonato, magnífica Dido
“Jephte” de Carissimi. Andrew Staples y Carlotta Colombo. “Dido y Aeneas” de Purcell. Joyce DiDonato, Andrew Staples, Fatma Said, Beth Taylor, Carlotta Colombo, Hugh Cutting, Massimo Altieri, Alena Dantcheva, Anna Piroli. Coro y Orquesta de Il Pomo d’Oro / Maxim Emelyanychev (clavecín y director). Teatro Real. Madrid, 16 de enero.
Precioso y breve concierto en el Teatro Real con “Dido y Aeneas” como plato fuerte de una hora con el reclamo de Joyce DiDonato como protagonista, precedido del aperitivo de treinta minutos de “Jepthe” de Carissimi, dos obras escritas con menos de cuarenta años de diferencia en la segunda mitad del XVII. Dos obras con algunas coincidencias, principalmente sus respectivas conclusiones con sendos lamentos y también la muerte de las mujeres mientras quedan vivos los hombres.
En “Jepthe”, con un drama parecido al de “Idomeneo”, el protagonista ha de sacrificar a la primera persona que acuda a celebrar su triunfo y es su propia hija. Muy correcta, sin grandes alardes, la soprano Carlotta Colombo como la hija y muy personal Andrew Staples como su padre a causa de su emisión algo nasal y el timbre un punto inconcreto entre tenor y barítono.
Cierto es que posiblemente hayan pasado los mejores tiempos de Joyce DiDonayo, pero en España la hemos escuchado una excelente “Agrippina” y varios recitales no hace mucho. Dido es un papel perfecto para ella en este momento, como lo fue en su día para Janet Baker. La voz conserva una potencia extraordinaria y matiza y frasea con gusto exquisito. Quizá sea más DiDonato que Dido, pero eso es perdonable cuando logra emocionar en su lamento final “When I Am Laid In Earth”. Andrew Staples repitió actuación con las mismas características y acompañó con nivel el resto del reparto.
Sobresaliente la orquesta “Il Pomo d’Oro y más aún el coro, admirable en el “Plorate Filii Israel” de “Jephte” y el “With drooping wings ye Cupid come” final de Purcell. Buena parte del éxito se debió al trabajo de Maxim Emelyanychev en la dirección y al clavecín. Una tarde para el disfrute. Gonzalo Alonso
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