Crítica: excelente dirección de Rattle en Manon Lescaut
MANON LESCAUT (G. PUCCINI)
Deutsche Oper de Berlín. 12 Junio 2019.
Este viaje a Berlín es para asistir a lo que podríamos llamar la traca final de la temporada en la capital alemana. El programa ofrece en primer lugar esta Manon Lescaut bajo la dirección de nada menos que Simon Rattle. Sigue una nueva producción del Don Quichotte de Massenet, para terminar en la Deutsche Oper con el Otello verdiano. El programa continúa en la Staatsoper con un Tristán dirigido por Barenboim y una nueva producción de Rigoletto. No diré que sea un programa irresistible, pero sí que se trata de un programa atractivo.
Comienza, pues, este viaje con esta representación de la Manon Lescaut de Puccini en una producción que se estrenara en el año 2004 y tuve ocasión de verla hace cuatro años. Ha contado con un buen reparto vocal y una excelente dirección musical. Un buen comienzo.
Sir Simon Rattle es uno de los grandes directores de los últimos años, el último en ser titular de la Filarmónica de Berlín, y cuya presencia es habitual en las salas de conciertos y no en los fosos de los teatros de ópera. Me llamaba la atención que estuviera anunciado en estas representaciones, ya que únicamente había dirigido alguna vez en la Staatsoper, pero muy pocas veces en la Deutsche, donde creo que su última aparición fue hace 6 años dirigiendo un Anillo del Nibelungo. No cabe duda de que estamos ante un gran director y así lo hemos podido comprobar una vez más, ya que su dirección ha sido magnífica, indudablemente lo mejor de la noche, aunque ésta ha tenido otras cosas buenas. Es un placer ver dirigir a Rattle y espero que en su nueva etapa volvamos a hacerlo pronto. A sus órdenes estuvo una estupenda Orquesta de la Deutsche Oper Berlín, así como el excelente Coro de la Deutsche Oper.
La protagonista que da nombre a la ópera fue la soprano uruguaya María José Siri, que tuvo una buena actuación. En mi caso tenía el inconveniente de tener que luchar con el recuerdo de Sondra Radvanovsky, que fue la protagonista en esta producción hace 4 años. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero hay que reconocer que sirven en muchas ocasiones para centrar las cosas. Siendo buena la prestación de María José Siri, me quedo con la de la americana en la ocasión señalada. La uruguaya tiene hoy un centro muy adecuado y atractivo y resulta destacada en las notas altas, aunque puede quedar algo corta en las notas graves. Es una buena intérprete, aunque no sea extraordinaria.
Des Grieux corrió a cargo del tenor canario Jorge de León, a quien he encontrado en excelente estado vocal, con voz amplia y atractiva y sin problemas en las notas caras. Donde no alcanza la excelencia es en la pura interpretación escénica, en la que se queda un tanto corto.
Buena la prestación del barítono americano Thomas Lehman como Lescaut. Ha vuelto a confirmar la impresión positiva de ocasiones anteriores, con una voz de calidad y homogénea a lo largo de la tesitura. Una pena que el personaje no tenga un aria con la que lucirse.
En los personajes secundarios repetía Stephen Bronk en la parte de Geronte De Ravoir y resultó modesto e insuficiente, con la voz gastada y casi refugiado en el parlando. Edmondo fue un correcto Ya-Chung Huang, de voz atractiva y un tanto reducida de volumen. Adecuado el Hostelero de Noel Bouley. Correctos el resto de personajes, formado por Burkhard Ulrich como Maestro de Danza, Amber Fasquelle como Músico, Bryan Murray como Sargento, James Kryshak como Lamparero y Samuel Dale Johnson como Capitán.
Como digo más arriba, se reponía la producción del belga Gilber Deflo. Se trata de un trabajo escénico muy tradicional y apegado al libreto. En la primera mitad de la ópera la escenografía de William Orlandi resulta muy realista, tanto en la estación de postas de Amiens como en la mansión de Geronte. En el último acto nos ofrece un escenario más bien figurativo, en el que apenas hay unas piedras. El vestuario, del mismo William Orlandi, responde a la época tradicional de la ópera (siglo XVIII) y resulta adecuado y hasta divertido en el caso de los músicos e invitados de la mansión de Geronte. La producción se ofrece con mucha luz, especialmente en el segundo acto. La dirección escénica no tiene mucho que comentar. Todo es muy tradicional y no hay toques personales.
El teatro ofrecía una ocupación de alrededor del 80 % de su aforo. El público se mostró cálido en los saludos finales, con ovaciones a los tres protagonistas principales y a Simon Rattle.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 48 minutos, incluyendo un intermedio y algunas paradas entre actos. Dirección musical de 2 horas y 2 minutos. Seis minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 134 euros, habiendo butacas de platea desde 42 euros. La localidad más barata costaba 24 euros. José M. Irurzun
Fotos: B. Stöss
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