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Crítica: 'Marina', dos repartos
Critica: Alexander Liebreich, de amigo a amigo...
Por Publicado el: 21/10/2024Categorías: En vivo

Crítica: Falló la chispa buffa. ‘Don Pasquale’ de Donizetti en ABAO

Fecha: 19-X-2024. Lugar: Auditorio Euskalduna, Bilbao. Programa: Don Pasquale, ópera buffa en tres actos, de Gaetano Donizetti. Intérpretes: Simón Orfila (Don Pasquale, bajo/barítono), María José Moreno (Norina/Sofronia, soprano), Francesco Demuro (Ernesto, tenor), Damián del Castillo (Dottor Malatesta, barítono), Pedro Mari Sánchez (Il notaro, actor). Coro: Ópera de Bilbao. Orquesta: Euskadiko Orkestra/Orquesta de Euskadi. Director de escena: Emiliano López. Director musical, maestro concertador: Sesto Quatrini. Producción: ABAO Bilbao Ópera.

Fecha: 19-X-2024. Lugar: Auditorio Euskalduna, Bilbao. Programa: Don Pasquale, ópera buFfa en tres actos, de Gaetano Donizetti. Intérpretes: Simón Orfila (Don Pasquale, bajo/barítono), María José Moreno (Norina/Sofronia, soprano), Francesco Demuro (Ernesto, tenor), Damián del Castillo (Dottor Malatesta, barítono), Pedro Mari Sánchez (Il notaro, actor). Coro: Ópera de Bilbao. Orquesta: Euskadiko Orkestra/Orquesta de Euskadi. Director de escena: Emiliano López. Director musical, maestro concertador: Sesto Quartini. Producción: ABAO Bilbao Ópera.

Don Pasquale de Donizetti en ABAO

Con alegría abre la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, su temporada lírica 2024/2025, colocando sobre al escenario la sobresaliente ópera buffa Don Pasquale (para una importante mayoría la mejor de las once que en este género -manado desde la commedia del’arte– escribiera Donizetti).

Tengo en la mano el libreto escrito entre el poeta Giovanni Ruffini y el compositor bergamesco y comparo las notas de ambos que lo ilustran con las presentadas -en formato factico- por el director de escena Emiliano Suárez y el parecido es inexistente. La temporalidad es otra. Entonces la acción discurre en Roma, a mediados del siglo XIX y ahora la historia se plantea en el actual XXI. Entonces en la casa del vejete Don Pasquale. Ahora en una pizzería propiedad de este setentón, que viste traje claro de chaqueta cruzada.

El Doctor Malatesta deja de ser doctor a la vieja usanza y pasa a constituirse con moderna vestimenta al estilo de hortera de bolera, calzado con unos chapines de azul fluorescente que dan al ojo. Ernesto ya no es el sobrino tímido y enamoradizo y se constituye en camarero que trabaja en el negocio de su tío. Norina, joven viuda y atraída sentimentalmente, en esta producción tiene el cometido de friegaplatos en la pizzería. El personaje del notario no está en la tesitura de bajo (cuerda en Fa), sino que se le asigna el rol de jefe de la cocina donde se fabrica la pasta.

Y en esas estamos, amigo lector. Ante una ópera en la que -tal y como vienen las cosas- caben dos dispares apreciaciones. Una, la que sostiene que ha de mantenerse la fidelidad a los autores del libreto. Otra, que empuja a favor de la creatividad modernista del dramma in música, por la que apuesta Emiliano Suárez sacando su dirección escénica al día de hoy, creando situaciones veristas vigentes en el 2024. El autor de estas líneas está en la línea de la fidelidad.

En el terreno escenográfico por el que deambulan tutti quanti circula por el escenario, es meritorio el trabajo realizado por cuanto realismo acertado constituye toda la creación escénica de Alfons Flores. Resulta talla verosimilitud que la pizzería bien podrá estar ubicada en un centro de alimentación que hay en nuestras calles.

Fecha: 19-X-2024. Lugar: Auditorio Euskalduna, Bilbao. Programa: Don Pasquale, ópera buFfa en tres actos, de Gaetano Donizetti. Intérpretes: Simón Orfila (Don Pasquale, bajo/barítono), María José Moreno (Norina/Sofronia, soprano), Francesco Demuro (Ernesto, tenor), Damián del Castillo (Dottor Malatesta, barítono), Pedro Mari Sánchez (Il notaro, actor). Coro: Ópera de Bilbao. Orquesta: Euskadiko Orkestra/Orquesta de Euskadi. Director de escena: Emiliano López. Director musical, maestro concertador: Sesto Quartini. Producción: ABAO Bilbao Ópera.

Don Pasquale de Donizetti en ABAO

El vestuario de Carola Valentzena encaja perfectamente con el planteamiento que ofrece Emiliano Suarez para esta ocasión. La iluminación diseñada por David Picazo está dentro de la órbita manejada por la dirección de escena, habiendo luces cuyas fuentes de origen se aprecian ostensiblemente desde la platea baja del Palacio Euskalduna, por lo que sería una visión más agradable si la boca del escenario (24 metros de longitud) estuviera aforada debidamente en ambos hombros.

A la trama escénica le faltó la comicidad que le brindan tanto la música como el libreto. En este terreno no acertó Suárez con los personajes de Don Pasquale ni con el de Ernesto, amén de que por parte de ambos la exposición de su corpórea vis cómica diera para poco de sí.

El coro de criados y doncellas, ahora transformado con clientes de la pizzería cumplió con el breve cometido que le otorga Donizetti en la escena tercera del tercer acto, siendo valorado su trabajo en el terreno positivo. La Euskadiko Orkestra – Orquesta de Euskadi tuvo su mayor valor en la sección de viento (tanto madera como metal).

El director Sesto Quatrini mantuvo siempre la concertación dentro de auras de mucha calidad cuidando siempre a los cantantes con precisas indicaciones de su mano izquierda, llegando, incluso, a resolver algún problema que hubo en una de las voces graves masculinas. Su juventud y el camino actual que lleva emprendido crea una expectativa de alta bonanza en el desarrollo vital de su carrera. Este su debut en ABAO Bilbao Ópera bien puede ser calificado con el laurel de sobresaliente.

El actor Pedro Mari Sánchez tiene atribuido, por consentimiento de Suárez el personaje cantor de El Notario que en la partitura sólo interviene en el acto segundo (escena IV), y el de mandón de cocina con el que hace un breve prólogo hablado antes de empezar la ópera, con el sipario ya subido, y otro breve parlamento entre los actos segundo y tercero. Carece de la tesitura de bajo y su canto resulto calante y estridente. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!

A Simón Orfila tiene ausente la fuerza cómica en su actividad actoral en el papel de Don Pasquale.  Su voz estuvo más en el terreno de bajo que en el de barítono, donde, dicho sea de paso, no se encontró con evidente comodidad, como se evidenció en su pequeña aria Bella si come un angelo. El trepidante dúo bufo Aspetta, aspetta con Damián del Castillo fue bisado en pacto previo con la batuta. La voz de este barítono jienense resulta agradable pese a tener veladuras fonales en su registro agudo.

El italiano Francesco Demuro asumió su papel de Ernesto con fortuna desigual. Su voz es propiamente la del tenor lírico/ligero, pero aún sin madurar del todo y su fonación no va homogénea en la tensión facial cuando entra en los terrenos que nacen por encima de la nota Sol, por lo que tiene que apretar el flujo del fiato y eso le estropea la expresividad sonora. Empezó remiso y, por ende, no estuvo convincente en la famosa aria Povero Ernesto! después de la cual ya empezó a tener terrenos más luminosas como fue en la cabaletta Com’e e gentil. Presentó una limitada capacidad gestual como actor.

La granadina María José Moreno fue la triunfadora de la representación. Su bifronte Norina/Sofronia resultó impecable durante toda la función, tanto en voz como en la trabazón dramática de sus ambivalentes personajes. Su tracto sonoro se mantiene fresco y brillante. En la cavatina Qual guardo il cavaliere mostró una depurada técnica en el fraseo del canto legato con el uso totalmente correcto en las notas de paso hacia el registro agudo.

Del mismo modo hizo la caballeta Se anch’io la virtù magica. El momento más pletórico de la velada, a juicio de quien escribe, resultó el dúo Tornami a dir che m’ami en el que la soprano, en un canto preñado de nobleza, fue la voz sobresaliente y concertante ante un tenor que se dejó, con acierto, llevar de la mano femenina amante.

Apúntense ambos directores -de escena y musical- el buen sabor de boca que dejaron en el cuarteto final ‘La moral di tutto questo’. Moraleja: no hay que casarse de viejo.

Manuel Cabrera

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