FALSTAFF (G. VERDI)

Staatsoper de Berlín. 29 Enero 2020

Comienza este viaje a Alemania, cuyos puntos más interesantes son Die Meistersinger en Dresde mañana, que cuenta con la dirección de Christian Thielemann, y la Turandot en Munich el próximo 3 de febrero, con el debut de Anna Netrebko en la Princesa de Hielo.
El Falstaff que nos ocupa es una nueva producción de la Staatsoper de Berlín con dirección escénica de Mario Martone y que se estrenó aquí hace un par de años. La originalidad de la citada producción consiste en traer la acción a tiempos actuales, lo que en mi opinión casa mal con la figura de Sir John Falstaff y más todavía si en el protagonista hacemos prescindir de sus tradicionales gorduras para convertirle en un hombre más joven y delgado. Digo que casa mal, ya que Falstaff siempre ha sido el Pancione y son varias las alusiones a dicha gordura las que tienen lugar a lo largo de la representación y además en boca del mismo protagonista, que aquí no tienen sentido verdaderamente. A eso todavía hay que añadir el hecho de que el acto final, con presencia de brujas, ninfas y toda una serie de seres fantásticos puede tener algún sentido en los siglos XVI o XVII, pero resultan totalmente fuera de lugar en pleno siglo XXI.

Escena

La escenografía se debe a Margherita Palli y nos ofrece como Albergue de la Giarretiera un pobre mesón con bancos de madera corridos, siendo más atractiva la mansión de los Ford, de las que nos ofrecen jardín y piscina. La escena final del parque no se entiende muy bien dónde tiene lugar, ya que aparece una especia de torre en el centro y dos grandes escaleras a los lados. El vestuario de Ursula Patzak resulta adecuado con las ideas de modernización de la producción. Correcta la iluminación de Pasquale Mari.
Mario Martone narra bien la trama, con el inconveniente señalado de la transposición de época, que hace perder mucho a la ópera en mi opinión.
Al frente de la dirección musical estuvo nada menos que Zubin Mehta, cuyo estado físico poco tiene que ver con de hace unos años, moviéndose con bastante dificultad. Es sabido que ha tenido un tiempo de parada por serios problemas de salud. Estamos ante uno de los grandes de la dirección en los últimos 40 años y así lo considera el público, que muestra siempre su admiración por el artista. Sin entrar en mayores detalles, diré que a mi parecer su lectura fue brillante musicalmente, aunque un tanto corta de alegría, puesto que estamos ante una ópera bufa. A sus órdenes estuvo la estupenda Staatskapelle Berlín, así como el Coro de la Staatsoper.

Escena

Sir John Falstaff fue Lucio Gallo, que lo hizo bien vocalmente, aunque su actuación resulta poco adecuada para el personaje tradicional. La voz tiene amplitud y su actuación fue a mi parecer un tanto exagerada en escena.
Alice Ford era la soprano Barbara Frittoli, cuyas actuaciones son menos frecuentes que en el pasado y a quien no veía en escena desde hace 4 años. La he encontrado bien de voz, aunque hay un vibrato, que se notaba con claridad en la primera parte de la ópera.
Ford fue interpretado por el barítono Alfredo Daza, que lo hizo bien, aunque sin brillo especial. Es un correcto intérprete del personaje, exagerando un tanto en su aria de los cuernos.
Daniella Barcellona fue Mrs. Quickly y lo hizo de manera correcta tanto vocal como escénicamente. A mi parecer le falta un mayor sentido del humor y se queda algo corta en graves en los Reverenza dirigidos a Falstaff.
Muy buena impresión la dejada por la joven soprano Slávka Zámecnikova en la parte de Nanneta, en la que ofreció una voz atractiva y cantando siempre con gusto.
El tenor Francesco Demuro tuvo una buena actuación cono Fenton con voz bella y adecuada y moviéndose con facilidad en escena.
Correcta la Meg Page de Cristina Damian.
En los personajes secundarios lo hicieron bien Jürgen Sacher como Doctor Cajus, Stephan Rügamer como Bardolfo, y Jan Martinik como Pistola, aunque éste un tanto corto de volumen.

Escena

La Staatsoper ofrecía una sorprendente pobre entrada que rondaría los dos tercios de su aforo. El público se mostró cálido con los artistas, siendo los mayores aplausos para Lucio Gallo y Slávka Zámecnikova, aparte, por supuesto, de Zubin Mehta.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 45 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 6 minutos. Ocho minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 95 euros, habiendo butacas de platea desde 55 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 23 euros. José M. Irurzun
Fotos: M. Baus