FAUST (CH. GOUNOD)

Teatro Real de Madrid. 23 Septiembre 2018.
El Teatro Real ha programado dos repartos distintos para estas representaciones de Faust. Evidentemente, hay diferencias de calidad entre ambos repartos, aunque no tengan reflejo en el precio de las localidades, siguiendo la política que tiene marcada este teatro. Lo cierto es que hay que reconocer que la política en cuanto precios del teatro es correcta a juzgar por los resultados. Efectivamente, apenas hay una diferencia de 100 entradas vendidas entre un reparto y otro. Eso significa que cualquier rebaja de precios en todas las localidades tendría un impacto económico mucho mayor.

Ismael Jordi

El reparto vocal ha quedado en conjunto por debajo del considerado primer reparto, aunque la cosa ha funcionado bien. Seguimos con la producción de Alex Ollé y únicamente tengo que comentar que la producción ofrece unos muy ligeros cambios respecto de lo visto el día anterior. Esos cambios (casi imperceptibles) tienen que ver con el duelo de Faust y Valentin en el cuarto acto y con la preparación en escena de Méphistophélès para la Noche de Walpurgis. Tampoco cambia la valoración de la dirección musical de Dan Ettinger, aunque sus tiempos han sido algo menos vivos que el día anterior.
El nuevo Faust era el tenor jerezano Ismael Jordi, que volvió a hacer demostración de buen gusto cantando en todo momento. Es Faust un personaje prácticamente nuevo para Ismael Jordi, ya que solamente lo había cantado hace un año en su Jerez natal, pero demostró un buen conocimiento de la partitura, que no le puso en dificultades, superando con facilidad las notas más altas. Evidentemente, no tiene la calidad tímbrica de Piotr Beczala, pero es que muy pocos la tienen. Eso no impide considerar como destacable su interpretación.
Marguerite fue interpretada por la soprano moldava Irina Lungu, que tuvo una buena actuación. Los medios vocales de esta soprano quedan por debajo de los de Marina Rebeka el día anterior tanto en cantidad como en calidad, lo que no impide considerar su actuación como buena.

Erwin Schrott e Irina Lungu

La parte de Méphistophélès fue interpretada por el uruguayo Erwin Schrott, que fue un destacado intérprete en escena, ofreciendo una voz más amplia que la de Luca Pisaroni el día anterior. También en este caso tengo que decir que prefiero una voz más grave que la suya en el personaje, ya que se me hace demasiado baritonal la de Erwin Schrott. Es curiosa la evolución vocal de este cantante, que cada vez es más barítono y menos bajo.
La parte de Valentin fue cubierta por el barítono americano John Chest, que ofreció una voz de barítono lírico, cuya emisión tiende a quedarse atrás y no me resultó particularmente convincente en términos vocales.
La mezzo soprano italiana Annalisa Stroppa lo hizo francamente bien en la parte de Siebel. Para mi gusto mejor que su compatriota Serena Malfi en el primer reparto.
La veterana Diana Montague dio vida correctamente a Marthe, mientras que Isaac Galán repetía como Wagner.
El Teatro Real ofrecía una ocupación de alrededor del 90 % de su aforo. El público se mostró cálido con los artistas en los saludos finales, siendo las mayores ovaciones para Erwin Schrott.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 27 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 58 minutos, es decir 4 minutos más que en el primer reparto. Seis minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 225 euros, siendo el precio de la más barata con visibilidad de 34 euros. José M. Irurzun

Fotos: J. del Real