Festival Terras Sem Sombra

FESTIVAL TERRAS SEM SOMBRA

Festival Terras Sem Sombra 2019. Iglesia del Castillo de Olivenza (Badajoz). Obras de J. Morel, M. Marais, F. Couperin y A. Forqueray. Sofía Diniz, viola da gamba; Fernando  Miguel Jaloto, clave; Josep María Martí, tiorba; Holger Faust-Peters, viola da gamba. 23 de marzo.

En su segunda y última cita española, justo en la difusa línea fronteriza entre Portugal y España que supone la ciudad de Olivenza, el Festival Terras Sem Sombra ofreció el sábado 23 de marzo uno de los más brillantes conciertos de las últimas ediciones. Para ello se conjugaron dos de los mejores intérpretes barrocos portugueses (Sofía Diniz y Fernando Miguel Jaloto) con otros dos espléndidos músicos, el español Josep María Martí y el alemán Holger Faust-Peters, con un bellísimo programa titulado Un viaje imaginado: suites francesas para viola da gamba.

Sofía Diniz, que acaba de publicar la primera grabación integral de la música para viola da gama de Jacques Morel, asumió el papel protagónico del concierto. Atrae en ella desde un primer momento su gesto elegante, su manera cuidada y suave de mover la mano derecha y de mover el arco sobre las cuerdas, sin estridencias, sin ataques bruscos ni los movimientos toscos que se pueden ver en otros gambistas. Ello se traduce en un fraseo muy cuidado, elegante, lleno de matices y en el que los acentos nunca se sobreponen sobre la línea de canto, sino que se integran de forma orgánica y coherente en un discurso musical único, fluido y capaz de captar la atención del oyente por su sonido. No es el sonido metalizado y chirriante de otros intérpretes de este instrumento, sino un sonido lleno de  sfumature, aterciopelado y seductor incluso en los pasajes más rápidos en intrincados. Así, convenció con creces desde un principio con la profundidad en el fraseo y la expresividad del Lentement que abre la primera suite de Morel, así como con el legato poético de la Sarabande de la misma obra. Pero también brilló a una enorme altura en los momentos más complejos, sobre todo en los famosos Couplets des folies d’Espagne de Marais, con un virtuosismo extremo y siempre preciso.

Claro que tuvo junto a ella a un continuo de lujo en el que formaban alguno de los mejores continuistas del panorama europeo. Fernando Miguel Jaloto mostró su dominio absoluto del clave en su pieza a solo, La Portugaise de Forqueray, una pieza en la que el clavecinista derrochó energía y fantasía en la pulsación, consiguiendo crear la ilusión de variedades dinámicas con un sentido muy percutivo de los ataques. Como continuista fue un derroche de elegancia y de fantasía ornamental, al igual que la tiorba de Josep María Martí, de amplias sonoridades y de enorme variedad a la hora de llenar los vacíos no escritos con figuraciones de enorme juego dialógico, que alcanzaron su máxima expresión en las Folías de Marais. Igualmente sólida fue la segunda viola de Faust-Peters, capaz de dialogar de tú a tú con Diniz en el Plainte à deux violes de Couperin. Y como sorpresa final en el bis (la Chaconne en trio de Morel), la flautista Joana Amorim puso un broche de oro al concierto con su amplísimo fiato y su capacidad de matización del sonido. Andrés Moreno Mengíbar