Critica: Gala de voces Españolas
GALA DE VOCES ESPAÑOLAS
Gala de los Amigos de la Ópera de Madrid. Arias, dúos y romanzas de ópera y zarzuela. Diversos intérpretes vocales. Orquesta de la RTVE. Director: Thomas Herzog. Teatro Monumental de Madrid, 15 de septiembre de 2023.
Esta nueva cita con la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid tenía total fundamento, ya que se festejaban sus primeros 60 años de existencia, lo que teniendo en cuenta las dificultades con las que se ha topado de vez en cuando, es todo un logro. El equipo que dirige en la actualidad Alfredo Flórez sigue adelante con nuevos proyectos, creando cursos, programando conferencias y conciertos y, en particular, propulsando e impulsando la creación de nuevos públicos, a lo que contribuye en gran medida el programa Opera Kids, dirigido por el tenor, programador y maestro Aquiles Machado y por Amanecer Sierra.
Se ha contado para la ocasión, desarrollada en el histórico Teatro Monumental, con la Orquesta de la Radio Televisión y con seis voces españolas, todas ellas ya de largo recorrido y suficiente acreditación, gobernadas, como la formación sinfónica, por la solvente batuta del suizo Thomas Herzog, que ha puesto de manifiesto de nuevo que es un director seguro, que sabe acompañar y matizar de vez en cuando -no siempre-, que sabe conjuntar y frasear con lógica; aunque no es excesivamente delicado y no siempre acierta en la planificación y la búsqueda de la exquisitez.
Abrió la sesión -dedicada en su primera mitad a la ópera y en su segunda a la zarzuela- con la más bien charanguera obertura de “Roberto Devereux” de Donizetti en una versión primaria pero eficaz. Y comenzó el desfile de voces. La primera fue la de la soprano lírica Carmen Solís, cada vez más segura y firme en emisión y matización. Tardó de todas formas en templarse y encontrar el tono adecuado en la bella romanza de “La Wally” de Catalani, “Ebben ne andro lontana”, que fue matizando poco a poco controlando su vibrato y accediendo a la zona aguda con desahogo.
En el “Brindis” de “Chateaux Margot” de Fernández Caballero supo encontrar el tono justo y no excederse en la caricatura. Muy en su punto en el dúo “Mira o Norma” de “Norma” de Bellini, con fraseo y agilidades de recibo, en el que colaboró como Adalgisa la soprano (recordemos que fue creado por una voz de este tipo), también lírica, Carmen Romeu, de timbre menos sedoso y emisión angulosa, que cumplió sin especial desdoro pese a sufrir una indisposición, como se anunció. Antes nos había cantado la emotiva aria “Pleurez mes yeux” de “Le Cid” de Massenet. Ciertas destemplanzas y algún agudo rugoso nos informaron de que, en efecto, no se encontraba bien. Defendió con dignidad la romanza de “El Barquillero” de Chapí.
La tercera dama del concierto iba a ser la gentil mezzo Marina Rodríguez-Cusí, que no compareció al encontrarse enferma. La sustituyó Angélica Mansilla, que mostró excelentes maneras y justa expresividad. Es una mezzo lírica de buenas y amplias resonancias en un centro lustroso. No lo es tanto el grave, en el que se opera un evidente cambio de posición. Cantó con gusto y relativa expresión “Connais tu le pays” de “Mignon” de Thomas y se lució en Ay, Malaya la persona” de “El baile de Luis Alonso” de Jiménez. Resuelta y entonada en el dúo de “La Revoltosa” de Chapí.
Con ella colaboró en esta página el barítono José Julián Frontal, a quien hace tiempo que no escuchábamos. Su voz lírica, de timbre no especialmente rico, se ha ensanchado, fortalecido y oscurecido. Domina ahora los pianos y regula, como evidenció en una cuidada interpretación del aria de la Estrella de Tannhäuser de Wagner en la que quizá abusó del falsete. Matizó, algo desdibujadamente, en la romanza de “El Gato montés” de Penella y estuvo galano y serio en el dúo de “La Revoltosa”.
Nos quedan los dos tenores. Antonio Gandía, ganador en 1999 del Concurso Alfredo Kraus, no puede negar, y lo tiene a gala, que fue su alumno. La técnica de respiración, la proyección a la máscara proviene de aquellas sabias enseñanzas. Hay rasgos tímbricos, los de un lírico-ligero con proyección a lo lírico puro, heredados. La manera de atacar y de resolver los agudos, por ejemplo. Cantó de forma muy ortodoxa y buen fraseo el aria de Romeo de Gounod, dijo con donosura la entrada de Javier de “Luisa Fernanda” de Moreno Torroba y estuvo expresivo en el dúo de “El Gato montés” junto a Solís.
Por su parte Francisco (Pancho) Corujo, discípulo de María Orán, Manuel Cid y Tom Krause, puso de nuevo de manifiesto su excelente técnica de apoyo y emisión. Tímbricamente la voz resulta algo apagada y el volumen es relativo, pero es artista y sabe frasear y decir. Expuso, lo que no es nada fácil, el aria de “Pescadores de Perlas” de Bizet en un hilo de voz, rememorando los modos del creador de la parte, François Morini. Buena demostración pese la falta de un poco más de metal. De la misma ópera nos ofreció, junto a Frontal, una medida interpretación del dúo con Zurga de la misma ópera. Dijo con propiedad, acreciendo el agudo final, la romanza de Leandro de “La tabernera del puerto”.
Mucho éxito al final. El público, que mediaba el Teatro, aplaudió mucho a todos y consiguió un bis: el socorrido “Brindis” de “La Traviata”, que se repartieron entre risas los seis cantantes. La Orquesta, que colaboró muy digna y entusiásticamente, se sumó al jolgorio junto con el maestro. Arturo Reverter
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