Crítica: Adiós sin rencor. Gala Puccini en el Teatro Real, con Anna Netrebko
Adiós sin rencor
Obras de Puccini. Anna Netrebko, Yusif Eyvazov, Jérôme Boutillier, Daria Rybak. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. Coro RTVE. Denis Vlasenko, director. Teatro Real. Madrid, 5 de septiembre de 2024.
Algunos, los que conocíamos el reciente comunicado de Netrebko e Eyvazov anunciando su separación afectiva, nos sonreímos al escuchar el dúo de Manon Lescaut con las frases de Manon “¿Ya no me amas? ¡Me querías tanto! ¡Oh, los largos besos!”. ¿Estaban interpretando a los protagonistas de la ópera de Puccini o a ellos mismos? Pero el dúo del tercer acto de La Bohme nos acabó de dar la clave “Addio senza rancore” canta Mimi. Luego los cariñosos besos mutuos que a los malos pensados les hicieron dudar si mandan los rescoldos del cariño o el amor a la pela.
En fin, lo importante es que ambos, junto con los personajes secundarios, nos ofrecieron una gran gala Puccini. Y ya van tres en un mes, pues Piotr Beczala brindó un estupendo concierto con la ORCAM en el Festival de El Escorial y el de Sondra Radvanovski y Jonathan Tetelman en el de Santander. Tres hitos veristas.
Madrid conoce a Anna Netrebko desde hace muchos años, desde que participó en una Guerra y paz con Gergiev, en 2001, cuando era muy joven pero ya apuntaba grandes maneras. Luego ha pisado varias veces su escenario -2019, 2022, etc., incluso alguna en su patio de butacas escuchando a compañeros y alguna con carteles en su contra en la Plaza de Oriente.
Afortunadamente ni uno esta vez y todo el público de la sala entregado a ella totalmente. Lo buscó y se lo mereció. Lo buscó prolongando notas, quizá no muy musicalmente pero si efectivamente, como en la penúltima frase de “Vissi d’arte”, tras cuyo final logró muchos minutos de ovaciones y hasta de peticiones de bis o en el “Pietà” de su propina final “O mio babbino caro”, espectacular recordando el fiato prodigioso de Caballé.
Empezó, como Radvanovski en Santander, quitándose de en medio lo más difícil, “In questa reggia” de Turandot, mostrando una indudable autoridad vocal, caudal, seguridad, graves y agudos, personalidad…, estando muy bien acompañada en la amplia selección de la ópera, en especial brillante el “Tu che di gel sei cinta” de la soprano Daria Rybak.
Impecables “Sola, perduta, abbandonata”, sus dúos de Manon Lescaut y Madama Buttefly, para -cambiando unas cuantas veces de vestuario- brillar en todo el tercer acto de La Bohéme caracterizando a la modesta costurera. Sin duda la más grande soprano de la actualidad junto a Radvanovsky -a quien el Real podrá escuchar junto a Beczala el 3 de noviembre- y comparable a las grandes del pasado. Quien empezó de soprano ligera cantando Don Pasquale o Lucia como “El ruiseñor de San Petersburgo” se ha convertido en una águila.
Su expareja sentimental Yusif Eyvazov se ha ido refinando, no destaca por la belleza de su timbre, pero es todo un tenor con todas sus notas, que se entrega y posee caudal, aunque aún puede matizar y apianar más. Tampoco hay muchos así. Entregado en los dúos, arrancó merecidos aplausos, nunca comparables a las de la soprano, en “Non piangere Liú”, “Donna non vidi mai”, “Recondita armonía” y un apabullante pero poco poético “Nessun dorma”. Cumplió el barítono Jérôme Boutillier en su aria de “”Edgar” y la Orquesta y Coros Titulares del Real, acompañados por el Coro RTVE, funcionaron a la perfección bajo el mando de Denis Vlasenko. Una noche para disfutar.
Nunca ha habido “quimica” entre ellos
Pueden despedirse sin rencor.
No les hecharemis de menos como pareja
La gala estuvo maravillosa. Anna Netrebko sigue siendo la gran soprano de este siglo. Quienes hemos seguido a esta pareja si hemos visto el cariño y la complicidad en el escenario y fuera de él. Pero sabemos lo fugaz que son estas relaciones por diferentes razones. De todas maneras, da gusto verlos cantar juntos..