Crítica: Gerhaher y Huber, barítono y pianista al servicio de Mahler
Barítono y pianista al servicio de Mahler
Obras de Mahler. Christian Gerhaher, barítono y Gerold Huber, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 30 de septiembre de 2019.
Empezó a lo grande el XXVI Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela, con páginas de Mahler servidas espléndidamente por el barítono Christian Gerhaher y el pianista Gerold Huber. En el programa las canciones de los ciclos “Eines fahrenden Gesellen” y “Kindertotenlieder”, junto a una selección de “Des Knaben Wunderhorn”. No siempre los pianistas acompañantes están a la altura de los cantantes, pero en esta ocasión sería difícil decir quien estuvo mejor. Huber acompañó con una extraordinaria capacidad de matices, mimando las notas.
Gerhaher (Straubing, Alemania, 1969) es bien conocido en el ciclo, ya que ha intervenido doce veces con anterioidad. A veces en forma y otras no tanto, como la última. En esta ocasión fuimos afortunados. Fischer Dieskau, Elisabeth Schwarzkopf e Inge Borkh le enseñaron la perfecta dicción y la capacidad para matizar el fraseo. Su timbre, bastante lírico, se ha ido oscureciendo con el tiempo, aunque en ocasiones se pueda volver tenoril en el registro alto. El caudal ha crecido y lo sabe proyectar muy bien, combinando inteligentemente el canto contenido con la plena entrega. El uso de las dinámicas es su fuerte, con el que sustituye la cierta falta de variedad de colorido en el timbre. Interiorizó expresivamente la soledad, tristeza y desesperación de los “Niños muertos” y también de lieder como “Zu Strassburg auf der Schanz” o “Wo die schönen Trompeten blasen” de los “Niños del cuerno maravilloso”. Quizá demasiada tristeza para el final de un magnífico recital, que fue preludio de la noticia, al día siguiente, de los fallecimientos de la también gran liederista Jessye Norman y Helga Schmidt, creadora del Palau de les Arts, donde tanta, tanta música se ha escuchado. Gonzalo Alonso
Últimos comentarios