Critica: Gustavo Gimeno reconquista Granada
Gustavo Gimeno reconquista Granada
72 FESTIVAL DE GRANADA. Orquesta Filarmónica de Luxemburgo. Gustavo Gimeno (director). Obras de Marco (Angelus Novus) y Mahler (Sexta sinfonía). Lugar: Granada, Palacio de Carlos V. Fecha: 7 julio 2023.
Cerraron Gustavo Gimeno y la Filarmónica de Luxemburgo su doble comparecencia en el Festival de Granada con nuevo y definitivo triunfo. Si en la primera cita el director valenciano radicado en Ámsterdam conquistó Granada con la complicidad solista de Yuja Wang en una memorable versión de la Rapsodia sobre un tema de Paganini de Rajmáninov y músicas de Coll, Strauss y Ravel, este segundo programa ha estado centrado en la trágica Sexta sinfonía de Mahler, cuyos estremecedores cuatro movimientos llegaron precedidos por Angelus Novus, alegoría mahleriana de Tomás Marco (1942), cuyos pentagramas se mantienen, medio siglo después, tan fascinadores y actuales como cuando se estrenaron en 1971 por Frühbeck de Burgos y la Orquesta Nacional de España.
Gimeno brindó una visión estremecedora, energética y descarnada de la más trágica sinfonía mahleriana. A flor de piel. Con todas las heridas, suturas, dudas e inquietudes abiertas en canal. Apenas el “oasis de paz” del Andante moderato (emplazado en esta versión como segundo movimiento) pudo sosegar la crudeza sin paños calientes que vuelca Mahler y recoge al pie de la letra el director valenciano, quien ha curtido este universo en sus largos años en la mahleriana Orquesta del Concertgebouw y la cercanía con popes como Abbado o Haitink. Tiempos extremos y sin contemplaciones, como la “aterradora” marcha inicial, dicha con crudeza métrica y taxativo tempo, por no hablar de los dos “brutales” martillazos del movimiento final. “Dos tremendos balazos” que marcan un final ineludible y desolador. Fue una vivencia (que no lectura) de demoledora intensidad anímica y alto empaque instrumental y musical. Gimeno obtuvo una respuesta entregada y de penetrante carácter sinfónico de sus músicos luxemburgueses, que han dejado el mejor sabor de boca en la memoria del Festival de Granada, sobre todo después del poco feliz recuerdo dejado días antes por la Filarmónica de la Scala de Milán.
Antes, como pórtico, se escuchó Angelus Novus, un clásico ya en la obra de Tomás Marco, figura señera e imprescindible de la música española y de su excepcional evolución en el último medio siglo. Han transcurrido 52 años desde que Marco estrenara la obra inspirado -son sus palabras- por “la imagen del ángel que mira hacia atrás mientras el viento lo arrastra hacia delante, ya recurrida por Walter Benjamin a partir de un cuadro de Paul Klee, para caracterizar a la filosofía de la historia, algo que valía perfectamente para un compositor que volviera en 1971 la mirada sobre la obra de Mahler”. Medio siglo más tarde, después de tantas y tantísimas cosas, música, músico y persona siguen tan actuales y atractivos como entonces. El propio Tomás, tan espigado y circunspecto como siempre, recogió en el escenario el aplauso y reconocimiento de todos. Así, de la mano de la contemporaneidad y del repertorio universal más exigente, Gustavo Gimeno cerró su particular reconquista de Granada. Volverá. Justo Romero.
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