Crítica: Harry Bicket dirige Solomon de Haendel en el CNDM
“Solomon”, soberbio Haendel del CNDM
“Solomon” de Haendel. Solistas: Ann Hallenberg, Miah Persson, Elena Villalón, Niamh O’Sullivan, James Way y Brandon Cedel. The Clarion Choir. The English Concert. Steven Fox, director del coro. Harry Bicket, director y clave. Auditorio Nacional. Madrid, 26 de febrero.
Una vez más hay que agradecer al CNDM su ciclo barroco. “Solomon”, el oratorio que Haendel dio a conocer sin demasiado éxito en Londres en 1749, es decir, casi 15 años más tarde que la inolvidable “Alcina” que escuchábamos hace apenas una semana dentro del mismo citado ciclo. Este ha sido el único problema de este concierto: la muy superior categoría musical de la ópera sobre el oratorio. Las tres partes de “Solomon” se ofrecieron con dos descansos, con un total de tres horas y cuarto. Una duración parecida a la de “Alcina”, pero sin la variedad e interés de ésta. Haendel no cuenta, como en otros oratorios, una historia, sino que refleja tres instantes de la vida del rey: su piedad y felicidad conyugal, el juicio por el niño recién nacido y reclamado por dos mujeres y la visita a su palacio de la Reina de Saba. Hay eso sí, una mucha mayor participación coral.
Si hace unos días nos deslumbró la calidad de Les Musiciens du Louvre con Minkowski, ahora han causado la misma -si no más- impresión The Clarion Choir y The English Concert con sus respectivos directores Steven Fox y Harry Bicket quien, por cierto, abordó por vez primera esta obra en los Proms londinenses de 1983 con la misma agrupación orquestal de la que es fundador y, desde 2007, titular. El sonido de los treinta y tantos músicos de The English Concert resultó admirable si no deslumbrante, como también el de los treinta coristas del Clarion Chor. Fueron dirigidos con precisión, vitalidad y matiz.
El papel principal le correspondió a la mezzo sueca Ann Hallenberg, quien se identificó plenamente con el personaje de Salomón, ofreciendo toda una lección de canto y matices a pesar de que el instrumento no posea la gravedad de otras mezzos. La soprano Elena Villalón se lució en el papel de la Reina de Saba, con la ventaja de tener el aria más bella de la obra “Will the sun forget to streak”. A altura casi similar la también soprano Miah Persson como primera ramera y Niamh O’Sullivan en el más breve de segunda ramera. Los hombres no fueron a la zaga y James Way mostró el buen hacer de los tenores ingleses en este repertorio y el barítono-bajo lució su voz torrencial sin dificultad para las coloraturas.
Un concierto más -y no son muchos- de los que el público salió encantado después de aplaudir largamente a los intérpretes. Gonzalo Alonso
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