Critica: Insuperable Parsifal de Kirill Petrenko
PARSIFAL (R. WAGNER)
Nationaltheater de Munich. 28 Marzo 2019.
Termina mi viaje a Munich con esta representación de Parsifal, que ha resultado impresionante en términos musicales, mientras que escénicamente la producción sigue sin convencerme. Finalmente, el reparto vocal no ha alcanzado la altura de hace unos meses, cuando se ofreció un reparto inmejorable, pero ha funcionado de manera notable, especialmente en lo referente a Kundry y Gurnemanz.
Se ha vuelto a ofrecer la producción escénica de Pierre Audi, que se estrenara en Munich durante el pasado Festival de Julio. Como escribí entonces, se trata de una producción irregular, en la que detalles de mal gusto lastran su resultado global. El primer acto resulta tradicional y atractivo, desarrollándose en un bosque con profusión de árboles, llamando la atención cómo se van destruyendo en la parte final del acto. La escenografía se debe aGeorg Baselitz. También en el tercer acto estamos en el mismo escenario, si bien el boque se ha secado en gran medida. Los problemas de la producción radican en el final del primer acto y en todo el acto del Castillo de Klingsor. En la ceremonia final del primer acto Pierre Audi hace que los Caballeros del Grial se quiten sus capas y tomen la comunión aparentemente desnudos, es decir con ropas figurando desnudez. El problema mayor viene en el segundo acto, donde hace lo mismo con las Muchachas Flor, cuya supuesta desnudez parece sacada de esculturas de Botero y donde la fealdad de sus supuestos cuerpos tiene poco que ver con el supuesto atractivo de las Muchachas Flor. Simplemente, hace falta tener mal gusto para hacerlo así. Por otro lado, la escenografía de este acto no consiste sino en una tela pintada, figurando una muralla abierta en el centro.
La dirección escénica no tiene mayor interés, contando con un vestuario de escaso atractivo, obra de Florence Von Gerkan, mientras que Urs Schönebaum no saca mucho partido de la iluminación. Como digo, una producción irregular, con un segundo acto particularmente mal conseguido.
Nuevamente al frente de la dirección musical estaba el titular de la casa, Kirill Petrenko, volviendo a ser su dirección magnífica, como lo fuera en el estreno de la ópera en el Festival de Julio. Su dirección ha vuelto a ser espectacular, digna de un excepcional director, habiendo brillado de manera muy especial el tercer acto, que ha sido musicalmente en mi opinión lo mejor de toda la representación. ¡Cómo vamos a echar de menos a este gran director, cuando abandone definitivamente Munich! A sus órdenes estuvo una excepcional Bayerisches Staatsorchester, cuya calidad resulta especial, cuando la dirige Petrenko. Buena también la prestación del Chor der Bayerischen Staatsoper.
El reparto vocal que reunió Munich en el pasado Festival de Julio es difícil repetir y muy difícil de igualar en calidad. De ellos han repetido actuación los intérpretes de Kundry y Gurnemanz, que han vuelto a demostrar su gran categoría como cantantes.
Parsifal fue interpretado por Burkhard Fritz, que tomó el relevo de nada menos que de Jonas Kaufmann. Evidentemente, la diferencia es notable y Fritz no ha pasado de ser un intérprete correcto del personaje, sin excesivo brillo vocal ni escénico.
Nuevamente, Nina Stemme ha ofrecido una estupenda actuación como Kundry, brillando vocal y escénicamente en su gran prestación del segundo acto, llamando la atención su movimiento escénico en los actos primero y tercero.
Muy bien también nuevamente, René Pape como Gurnemanz. Cantó con gran convicción, sin abusar de volumen en ningún momento y resultado plenamente convincente en los dos actos en los que interviene. Un lujo volver a contar con él.
El nuevo Amfortas era el barítono Michael Nagy, que ofreció una voz de calidad y bien manejada, resultando su interpretación convincente.
Algo parecido se puede decir de la actuación de Derek Welton como Klingsor, a quien encontré algo ligero para el personaje, en el que prefiero un bajo-barítono.
Balint Szabo cantó adecuadamente en interno la parte de Titurel, aunque la voz no llegaba muy bien a la sala.
Los Caballeros del Grial fueron interpretados por Kevin Conners y Callum Thorpe, mientras la Voz del Cielo era la de Rachel Wilson.
El Teatro de Munich había agotado sus localidades. El público se mostró cálido con los artistas en los saludos finales, siendo los mayores aplausos para René Pape y Nina Stemme. Por encima de todos, las mayores ovaciones fueron para Kirill Petrenko.
La representación comenzó con los 5 minutos de retraso habituales en Munich y tuvo una duración de 5 horas y 18 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 3 horas y 52 minutos. Nueve minutos de aplausos.
El precio de la localidad mas cara era de 163 euros, habiendo butacas de platea desde 91 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 39 euros. José M. Irurzun
Fotos: R. Walz / W. Hösl
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