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Por Publicado el: 17/10/2024Categorías: En vivo

Crítica: Veni, vidi, vici: Kirill Petrenko debuta en la Scala

Veni, vidi, vici: Kirill Petrenko debuta en la Scala

Strauss, Der Rosenkavalier. Krassimira Stoyanova (Feldmarschallin), Günther Groisbröck (Baron Ochs), Kate Lindsey (Octavian), Michael Kraus (Faninal), Sabine Devielhe (Sophie), Caroline Wenborne (Marianne), Valzacchi (Gerhard Siegel), Piero Pretti (tenor italiano). Orquesta y Coro del Teatro alla Scala. Director: Kirill Petrenko. Director de escena: Harry Kupfer. Teatro alla Scala, 12 de octubre de 2024

Veni, vidi, vici: Kirill Petrenko debuta en la ScalaStrauss, Der Rosenkavalier. Krassimira Stoyanova (Feldmarschallin), Günther Groisbröck (Baron Ochs), Kate Lindsey (Octavian), Michael Kraus (Faninal), Sabine Devielhe (Sophie), Caroline Wenborne (Marianne), Valzacchi (Gerhard Siegel), Piero Pretti (tenor italiano). Orquesta y Coro del Teatro alla Scala. Director: Kirill Petrenko. Director de escena: Harry Kupfer. Teatro alla Scala, 12 de octubre de 2024

Imagen de la producción de Der Rosenkavalier en la Scala de Milán

Sin duda, una de las citas musicales que más expectativas había despertado en la presente temporada del Teatro alla Scala era el debut de Kirill Petrenko. El titular de la Filarmónica de Berlín nunca se había puesto al frente de ninguna producción operística desde el foso del teatro. Tratándose de uno de los grandes directores de la actualidad, la expectación era máxima.

Debo reconocer que me sorprendió que en la primera salida ya arrancase algún bravo desde el loggione. No es, desde luego, habitual y podía parecer prematuro antes de que empezase la función, pero lo cierto es que no hizo sino preludiar un éxito que ya se puede definir como histórico. Petrenko puede entonar, sin complejos, el célebre: “veni, vidi, vici”.

El resultado de su trabajo justificó la cerrada ovación que recibió al final de la función. La orquesta del teatro superó sus propios límites en una de la mejores interpretaciones que le recuerdo (hace casi 25 años que visito este teatro con cierta asiduidad). La magia que transmite el director de orquesta contagió a todos los músicos. Su versión es brillante, ligera y clara, pero también intensa y expresiva. El maestro, quien es un animal operístico, sabe pasar de lo frívolo a lo trascendente con una naturalidad innata. Fue una versión excelente desde el primer compás al último, sin el más mínimo desliz: arte en su máxima expresión.

Desde esa definición general, hay que destacar los momentos célebres como la entrega de la rosa con ese glissando en pianisimo de Sabine Devielhe abrazado por la orquesta, los brillantes valses y, sobre todo, el trío emotivo, elegante y dirigido con un pulso magistral sabiendo contener el momento sin exageración. Al nivel de los más grandes.

El reparto, pese a no ser estelar, no tuvo ni una fisura. Krassimira Stoyanova a sus 62 años sigue interpretando una exquisita Mariscala. Su voz es ideal para el papel y su impecable técnica le permite articular una aristocrática línea de canto. Además, escénicamente se desenvolvió con carisma y elegancia.

Kate Linsey es una extraordinaria actriz. Gracias a su talento escénico encarna a la perfección a Octavian en todas sus dimensiones: amante, joven galán, pero también algo gamberro en el acto tercero. En el segundo, enamora a Sophie con sus gestos y la creíble complicidad que logra. En lo vocal lo más destacable son las inflexiones caricaturescas del personaje junto a su musicalidad innata, en su contra tiene una voz cuyo timbre resulta algo claro para el papel.

Sabine Devielhe deslumbró con su lírica Sophie cantada con soberana delicadeza. Günther Groissböck ha logrado hacer de Ochs una de sus mas completas creaciones (le escuché en el papel en el Metropolitan hace unos años). Su Ochs se aleja del clásico gordinflón y nos muestra a un vividor algo pasado de tuerca y un poco canalla. Con todo ello, podemos dejar de lado algún problema de afinación que, por otra parte, cuadró con el personaje.

Piero Pretti fue un tenor italiano con un impostado tono tildado que, sin renunciar al lirismo de la parte, plasmaba muy bien lo ridículo de la situación. Por último, señalar que gran parte del éxito de la producción estuvo en una serie de coprimarios de lujo que permitieron mantener en todo momento el más alto nivel musical (muchas veces eso es lo que falla en tantos Rosenkavalier). Entre los más reseñables están Michael Kraus como Faninal, Gerhard Siegel como Valzacchi, Jörg Schneider como su mayordomo o Caroline Wenborne como Jungfer Marianne Leitmetzerin.

La producción de Harry Kupfer ya se interpretó en 2017 en el teatro. Es una producción elegante que muestra una Viena en blanco y negro con ciertos marcada por la nostalgia. Derek Gimpel ha sido el encargado de la reposición y su trabajo, en cuanto a la dirección de actores, es excelente.

César Rus

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