Critica: Falla y la manía de adulterar
FALLA Y LA MANÍA DE ADULTERAR
El Amor Brujo
Fecha:04-10-2019. Lugar:Teatro Arriaga, Bilbao. Programa:Siete Canciones Populares Españolas yEl Amor Brujo, de Manuel de Falla. Voz solista: Ángeles Blancas. Bailarines: James Rosental y Ellyn Hebron. Orquesta:Bilbao Sinfonetta. Director musical:Iker Sánchez Silva. Directora de escena:Barbora Horáková Joly. Producción:Teatro Arriaga.
Lo que en un principio, según la concepción del propio compositor, se concibió como un ballet con cante jondo, con el subtítulo de “Gitanería en 2 grupos”, la checa Barbora Horáková Joly ha dado a luz, sobre la escena, una concepción, bastante adulterada (con ciertos aciertos de efectos escénicos) de las ‘Siete Canciones Populares Españolas’ y de El Amor Brujo’ del universal gaditano, a la que denomina cantata escénica. Dicho de otra forma, mezclar un vino gran reserva con gaseosa nunca da un buen resultado, por mucho empeño (ahora llamada evolución escénica) que en ello se ponga.
La voz de Ángeles Blancas, cantante que ha tenido una sólida carrera lírica, evidenció ausencia en muchos enteros de calidad en este espectáculo, tanto por emitir con una tesitura de mezzosoprano totalmente irregular, con evidentes carencias de fonación tonal, como un limitado recorrido en la proyección. Su trabajo en las citadas siete canciones estuvo carente de estilo, con una sobreactuación en nada beneficiosa, oyéndosele poco y con una versión orquestal de Francisco Domínguez demasiado modernista sobre la versión original, pese a contar con la aquiescencia de la Fundación Manuel de Falla. Una pena. Cumplió con buen resultado el sonido de la Bilbao Sinfonetta, cuyos 16 músicos, fueron bien concertados por la joven batuta de Iker Sánchez Silva.
Cuando uno está acostumbrado al cante serio, como el de Teresa Berganza, o al auténtico jondo, con ese especial pellizco andalusí, de Rocío Jurado, no se produce, en la voz de Blancas, esa gitanería que Falla como buen conocedor del flamenco cinceló para esta grandiosa obra. Escénicamente se vio una producción que tendrá buen encaje -si viajara- en países centroeuropeos, donde la vanguardia escénica prima hasta, a veces, el absurdo. Magnifico efecto (pero para otro espectáculo) el de una treintena de ventiladores, colocando en circulo y en el suelo, moviendo cinco sacos, vaciados en escena, repletos de bolas de poliuretano, que crearon un efecto envolvente, en modo tornado inverso, sobre el que se produjo la danza con un incómodo efecto del ruido de las bolas cuando eran pisadas. Intercalar entre escenas textos recitados en of del inglés neurólogo Oliver Sacks (“Alucinaciones”) y del ensayista alemán Stefan Klein (“La belleza del universo”) es algo que carece de sentido en la pretensión de reinterpretar a Falla. Manuel Cabrera
Realmente amor brujo me ha parecido aburrido y sin sentido , el argumento de la soprano soporífero, y el espectáculo de luces, ventiladores, bailarines, que más parecen ginmastas, sustituyendo al baile flamenco, horror es la palabra, si no es para mejorarlo, mejor no tocarlo,
No me ha gustado nada, muy aburrido