Crítica: Lise Davidsen y Freddie De Tommaso en el Liceu
El futuro ya está aquí
Obras de Wagner, Verdi, Giordano, Puccini, Tchaikovsky, R. Strauss y otros. Lise Davidsen (soprano), Freddie De Tommaso (tenor) y James Bailieu (piano). Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 11 de enero de 2024
El Liceu ofrece este atractivo recital, que presenta a dos jóvenes y estupendos cantantes, a los que pocas veces se ha visto en nuestro país. A la soprano noruega la hemos visto en varias ocasiones, aunque en conciertos y recitales, habiendo cantado ópera una única vez. Fue en el Liceu precisamente y en noviembre de 2022, interpretando la parte de Giorgetta en Il Tabarro de Puccini. En cuanto al tenor, se puede hablar de su debut en el Liceu, aunque fue aquí donde ganó el Concurso Viñas en 2018. Posteriormente, cantó en Las Palmas como Don José en Carmen y ofreció un recital el año pasado en Peralada y muy recientemente en el Teatro Real.
Lise Davidsen es una de las grandes sopranos de hoy en día. En mi opinión ocupa el podio junto a Anna Netrebko y Sondra Radvanovsky. Cuenta con una voz de las que impresionan por su amplitud y ha desarrollado una técnica de canto excelente. Su timbre no es tan suntuoso en cuanto a calidad, pero es ciertamente atractivo. Se dio a conocer en el año 2015 ganando el Concurso Operalia y tuve ocasión de verla debutar y triunfar en el festival de Wexford dos años más tarde como Medea en la ópera de Cherubini. Despues he podido disfrutar con su voz en varias ocasiones, especialmente el Tannhäuser que cantó en Múnich hace dos años.
En cuando a Freddie De Tommaso, es la primera vez que le escucho y su voz es de las que no se estilan. Un auténtico tenor verdiano con un instrumento bellísimo y homogéneo, y que además sabe cantar, como lo ha demostrado en este recital, en el que para mi gusto lo mejor que cantó fue el “Lamento de Federico”, en cuya interpretación sobran alardes.
Se inció el recital con el aria de Elizabeth en Tannhäuser, donde una vez más impresionó Lise Davidsen con su voz y su técnica en una estupenda interpretación. Siguió su actuación con el aria “Morrò, ma prima in grazia”, de Un Ballo in Maschera, donde hizo una auténtica exhibición de técnica vocal. Para acabar con la parte de Verdi nos ofreció el “Ave Maria” de Otello, cantada con un gusto extraordinario. Terminó la primera parte con el aria “Vissi d’arte”, de Tosca, donde faltó algo más de emoción a mi parecer. Abrió la segunda parte con el aria de Lisa en la ópera La Dama de Picas, donde volvió a impresionar con su importante voz. Siguió con cuatro lieder de Richard Strauss, terminando con la canción “I could have danced all night”, de My Fair Lady.
Freddie De Tommaso inició su actuación con el aria “La mia letizia infondere”, de I Lombadi de Verdi, donde mostró, como en todo el recital, una voz de muchos quilates en belleza y amplitud. Siguió el aria de la ópera Simón Boccanegra, “Cielo pietoso, rendila”, muy bien cantada. Terminó la primera parte con dos arias en las que brilló especialmente. Se tratan de “Amor ti vieta”, de la ópera Fedora, de Giordano, y el “Lamento de Federico”, de L’Arlesiana de Cilea. En la segunda parte ofreció tres canciones de Tosti, en las que brilló su instrumento, terminando con Core ingrato, de Cardillo.
Los artistas ofrecieron un dúo en cada parte del recital. En la primera parte fue el de Un Ballo in Maschera, en la que por única vez Lise Davidsen usó partitura. Los dos lo hicieron de manera destacada. Finalizaron el recital con el dúo de La Viuda Alegre, “Lippen Schweigen”.
Como propinas hubo una por cada uno. De Tommaso cantó una canción de Massimo Ranieri, cerrando el recital Lise Davidsen con el aria de la opereta La Princesa de las Czardas, de Kalman.
Les acompañó al piano James Baillieu, que lo hizo muy bien.
El recital se inició puntualmente y tuvo una duración total de 1 hora y 56 minutos, incluyendo un intermedio de 32 minutos. Las dos propinas y los entusiastas aplausos prolongaron el recital otros 11 minutos.
El Liceu ofrecía una ocupación de alrededor el 85 % de su aforo. La localidad más cara costaba 200 euros, habiendo butacas de platea desde 125 euros. La localidad más barata con visibilidad plena costaba 37 euros.
Fotos: T. Bofill
“ El futuro ya está aquí “
Así sea.