Crítica: Macbeth en francés: recuperación necesaria en el Teatro Regio de Parma
Macbeth en francés: recuperación necesaria
Verdi, Macbeth (versión francesa de 1865). Ernesto Petti (Macbeth), Lidia Fridman (Lady Macbeth), Riccardo Fassi (Banquo), Luciano Ganci (Macduff), David Astorga (Malcolm). Orquesta Filarmónica Arturo Toscanini. Coro del Teatro Regio di Parma. Director: Roberto Abbado. Director de escena: Pierre Audi Teatro Regio di Parma, 13 de octubre de 2024.
Macbeth es una de las pocas óperas que Verdi revisó significativamente. Tal vez sea el caso más importante junto a Simon Boccanegra, si dejamos de lado la traducción de I lombardi a Jerusalem o la revisión de la temática de Stiffelio para transformarla en Aroldo. El caso de las versiones del Don Carlo es otra cuestión. Macbeth fue estrenada en 1847 y revisada en 1865. Esta segunda versión es la más interpretada hoy en día. Sin embargo, a menudo se ignora que dicha segunda versión es en realidad la versión francesa.
Efectivamente, Verdi solo se animó a revisar esta ópera cuando desde el parisino Théâtre Lyrique le propusieron una versión en francés con un coro al final. Este encargo es lo que motivó la revisión de la ópera así que, en realidad, cuando hablamos de la versión de 1865 deberíamos hablar de la versión francesa. El hecho de que sea más conocida la versión italiana de esta revisión se debe a que el estreno parisino no fue un gran éxito.
El Festival Verdi de Parma recuperó esta versión en 2020 en plena pandemia. Las circunstancia impidieron poder ofrecer una versión escénica en condiciones, por ello, se ha vuelto a programar en este 2024 para hacer justicia al esfuerzo del festival y a la propia versión francesa de Macbeth. Lo cierto, es que si un festival como este tiene interés internacional, es precisamente por este tipo de propuestas. Parma debería ocupar un lugar privilegiado en cuanto al establecimiento de un criterio científico y filológico de la obra verdiana. Recuperar esta versión original de la revisión del Macbeth es un buen ejemplo.
Roberto Abbado ha sido el principal baluarte de este tipo de propuestas en los últimos años. Ya recuperó Le trouvère con un extraordinario éxito. En cuanto a este Macbeth, su lectura es rica, atenta a los detalle e intensa, especialmente en los concertantes; logra de la orquesta Filarmónica Arturo Toscanini brillantez, precisión y flexibilidad, mientras que el Coro del Teatro Regio di Parma sonó cálido y envolvente. El público ovacionó al maestro tanto al final como en los dos concertantes de los dos primeros actos.
Pierre Audi, por su parte, crea una producción elegante y muy dinámica desde el punto de vista escénico. El drama nunca decae sino que mantiene una constante continuidad narrativa. Toda la escena está dominada por la pareja protagonista, incluso en el ballet, solucionado con inteligencia para no romper tal unidad.
Cantar esta ópera en francés es todo un reto. Resulta especialmente interesante cómo la fonética cambia la articulación de algunas frases. Por ejemplo, no es lo mismo “una macchia” con esa doppia que “une tache”, la fonética francesa atenúa el acento del inicio del compás. Vocalmente lo más destacable fue Lidia Fridman como Lady Macbeth. La soprano rusa sorprende con una voz muy personal de gran homogeneidad en todo el registro aunque destaca especialmente en el centro y el grave. Pero, sobre todo, posee una magnética presencia escénica. Su carisma innato hace que atraiga todas las miradas con solo aparecer en el escenario.
Ernesto Petti destacó por sus imponentes medios vocales. No es un Macbeth especialmente lírico y profundo, ni tampoco de gran atractivo tímbrico, pero funciona. Luciano Ganci fue un Macduff de canto poco depurado que parecía buscar el efecto y el aplauso fácil. Apareció en escena como si de un artista invitado se tratase: para cantar su aria y recibir el aplauso. David Astorga, por su parte, fue un Malcolm mucho más metido en el personaje tanto en lo vocal como en lo escénico. Riccardo Fassi fue un Banquo elegante y de impecable estilo.
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