MARINA (E. ARRIETA)

Auditorio El Baluarte de Pamplona. 19 octubre 2021

Versión de concierto

Abre El Baluarte su programación lírica de la presente temporada con esta versión de concierto de Marina, que tiene como objetivo homenajear a su compositor, Emilio Arrieta, en el 200 aniversario de su nacimiento y casi lo hace al día exacto, ya que su nacimiento tuvo lugar precisamente el 20 de octubre de 1821. Aunque no se ha dado tanto relieve, se cumple otra efeméride que tiene que ver con Marina y es el 150 aniversario de su estreno en su versión de ópera, que tuvo lugar en 1871 en el Teatro Real de Madrid, con el afamado tenor Enrico Tamberlick al frente del reparto. Sorprende de alguna manera que una ocasión tan singular se haya resuelto con una única representación de Marina y más todavía que se haya ofrecido en versión de concierto.

Ha vuelto, pues, esta ópera de Emilio Arrieta a la programación de Baluarte, ya que fue precisamente esta obra la primera ópera que se representó en su escenario. Aquello ocurrió en noviembre de 2003, aunque entonces hubo dos representaciones y en versión plenamente escenificada. Posteriormente, se pudo ver nuevamente en Pamplona hace 7 años de la mano de AGAO y en el Teatro Gayarre.

Hemos asistido a una versión muy completa de la ópera, que ha contado con un cuarteto vocal no muy adecuado a las exigencias de la partitura y en el que ha llamado la atención la presencia de dos masas corales con unos 120 coralistas, a todas luces excesivos para esta ópera y más digno de otras óperas como Tannhäuser o Parsifal.

La dirección musical ha corrido a cargo de José Miguel Pérez Sierra, uno de los directores españoles más demandados en ópera y que siempre es una garantía de buenos resultados. Su lectura ha sido buena, llevando la obra a buen ritmo (en algunos momentos hasta excesivo), cuidando bien a los cantantes y sacando un buen partido de la Orquesta Sinfónica de Navarra. Los coros eran dos, el Orfeón Pamplonés y el Coro de AGAO y han sido evidentemente excesivos.

Marina fue interpretada por la soprano navarra Andrea Jiménez, que ofreció una voz atractiva, respondiendo a las características de una soprano ligera, que en mi opinión queda un tanto corta para las exigencias vocales del personaje. Vocalmente, estuvo bien, con algunas notas altas un tanto tirantes en el rondó final, echándose en falta una mayor fuerza expresiva, ya que su interpretación resultaba un tanto monótona. Es una cantante que tiene interés y que saldrá ganado en una representación escénica, que cuente con un buen regista.

Las páginas más brillantes y esperadas de esta ópera son las que canta Jorge, que aquí ha sido interpretado por el navarro José Luis Sola, tenor ligero, de timbre atractivo y buen cantantes, que sabe expresar bien. No es su calidad lo que puede estar en duda, sino su adecuación a las exigencias del personaje. Para mí gusto Jorge requiere un tenor lírico con facilidad en las notas altas, como lo demostraron perfectamente en su día el inolvidable Alfredo Kraus o también Jaume Aragall.

Sin duda que el personaje más simpático y el que siempre se mete al público en el bolsillo es del contramaestre Roque, que aquí fue interpretado por el barítono gallego Borja Quiza, que cumplió perfectamente con la tradición y se ganó la simpatía del público. También en este caso podemos discutir sobre la adecuación de su voz a las exigencias del personaje, ya que es un barítono muy lírico, que sabe taparlo abriendo sonidos y exhibiendo unas estupendas dotes interpretativas.

Finalmente, el cuarteto protagonista estuvo completado con Pablo Ruiz en la parte de Pascual. También aquí la adecuación dejó que desear, ya el personaje requiere un bajo y Pablo Ruiz no lo es, sino más bien barítono. La voz tiene amplitud y cumple con su cometido.

En los personajes secundarios mostraron voces amplias y timbradas Andoni Sarobe como Alberto y Darío Maya como Marinero. Sin mayor interés la Teresa de Elena Miral.

El Baluarte ofrecía una ocupación sorprendente de alrededor del 75 % de su aforo, estando los mayores huecos en el piso superior. El público se mostró complaciente durante el concierto, aplaudiendo con calor y sin excesivo entusiasmo a escena abierta.

El concierto comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 16 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 48 minutos. Seis minutos de aplausos, siendo los más intensos para Borja Quiza. José M. Irurzun