Crítica: ¡Menudo pájaro!
¡Menudo pájaro!
“El pájaro de dos colores” de Tomás Borrás y Conrado del Campo. Sonia de Munck, Borja Quiza, Gerardo Bullón, Aaron Martín, Grupo de cámara de la JONDE. Dirección de escena: Rita Cosentino. Dirección y arreglo musical: Miquel Ortega. Fundación Juan March. Madrid, 12 de enero de 2020.
Obra incompleta que recuperaron la Fundación March y el Teatro de la Zarzuela. Se pensó estrenarla en el Liceo allá por los años 30, pero la idea se frustró. Veinte años después Conrado del Campo terminó la partitura para voz y piano, pero no la instrumental. De ello se ha encargado ahora el compositor-director Miquel Ortega, llevándola a un grupo instrumental a partir de un guion autógrafo preparado por del Campo. El grupo consta de un piano, un quinteto de cuerda (dos violines, viola, violochelo y contrabajo) y un quinteto de viento (flauta, clarinete, saxofón, trompeta y trombón). La obra no alcanza el nivel de la más parca instrumentalmente de “Fantochines”, también recuperada por las dos mismas entidades hace cuatro años, siendo interesante pero reiterativa en la parte instrumental y menos en la vocal con dos problemas fundamentales. De un lado la tendencia a la supersonoridad, algo que Ortega podría haber reducido para que no atronase los oídos del público asistente en la sala. De otro la enorme dificultad en las partituras vocales de Don Tigre y, sobre todo, el Pájaro, con registros muy altos que no se sabe muy bien por qué y qué se consigue con ello.
La música contiene numerosas citas a Strauss, pero también al jazz, al cabaret y al musical de la época y deja espacio a algunas piezas vocales que podrían considerarse arias, alguna de el Pájaro incluso con “gorgoritos”. Todo en una mezcla curiosa y personal llena de ironía. Por cierto, con una descripción de la mujer que indignará a muchas/os y encantará a los no feministas.
El libreto presenta a un Don Tigre que busca el amor y cree encontrarlo en el Pájaro que el Mono tiene enjaulado. Un desarrollo del tema algo filosófico que Rita Cosentino resuelve escénicamente con humor y mucha movilidad de los actores en un trabajo que no era fácil y que recuerda los mundos circense y musical. Sonia de Munck encarnó al Pájaro convertido posteriormente en mujer de forma muy solvente, resolviendo bien las complicaciones de la tesitura aguda extrema y sus virtuosismos. A Borja Quiza siempre se le han dado bien los papeles del tipo de Don Tigre, saltando por las dificultades, y Gerardo Bullón completó el trío con un Mono exitoso vocal y escénicamente. Ayudaron los decorados de Carmen Castañón y el vestuario de Gabriela Salaverri. Dirigió animadamente Miquel Ortega.
Recuperar partituras viene bien para valorar lo mucho que permanece oculto y en el caso presente para ayudar hacer justicia a un compositor con un olvido que no merece ni en lo profesional ni en lo musical. Gonzalo Alonso
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