Crítica: Metales en la cumbre
ENSEMBLE DE METALES Y PERCUSIÓN DE LA ORQUESTA NACIONAL (K. HAMPSON)
Metales en la cumbre
Obras de Vega, Elgar, Barber, Edo y Broughton. Ensemble de Metales y Percusión de la Orquesta Nacional. Director: Mark Hampson. Auditorio Nacional, 22 de mayo de 2021. Concierto Extraordinario.
Una reunión musical insólita, y amena, presidida por el conjunto de metales y percusión de la Nacional, con un total de 17 músicos, todos ellos avezados y profesionales atentos, lo que se puso de manifiesto en la sonoridad global e individual, en el ajuste y ensamblaje general y en lo disciplinado de la actitud ante el mando desenvuelto y elegante, en excelente conjunción con el grupo, del inglés Mark Hampson, instrumentista de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
Se abrió el concierto de manera preceptiva en un acto de esta naturaleza, con una Fanfarria (Brahmsiana) escrita por la canaria Laura Vega, que dentro de poco estrenará con la Nacional una composición en homenaje a Galdós (Galdosiana). La sombra de Brahms se vislumbra desde el comienzo con el característico intervalo de segunda de la Sinfonía nº 2 del compositor hamburgués, aunque enseguida la música toma otros derroteros y desemboca en una suerte de insistente marcha con tres trompetas, cuatro trompas, tres trombones y timbales. Enseguida una obra más larga y densa, la Severn Suite op. 87 de Elgar en arreglo de Dudley J. Brigth para cuatro trombones, cinco trompetas, una trompa y una tuba.
La Introducción es ceremoniosa, con tema muy británico. La Toccata incorpora un fliscorno y tiene una escritura severa, bien resaltada en la interpretación. La Fuga (The Cathedral), con el complesso a toda presión, nos trae a la memoria el cuarto movimiento de la Sinfonía Renana de Schumann. A un curioso Minueto sucede una pomposa Coda, lenta y amplia, llena de solemnidad. De Barber escuchamos unas espléndidas Mutations from Bach (1968), un trabajo basado en el himno luterano Christe, du Lamm Gottes (Cristo, Cordero de Dios) en el que el compositor americano muestra su habilidad contrastando episodios y culminando con la melodía original, escuchada limpiamente gracias a la labor conjunta de cuatro trompas, cuatro trompetas, una tuba, tres trombones y timbales.
De Amparo Edo Biol se interpretó luego la breve Aragón Brass, inaugurada por una melodía cadenciosa de la trompeta (bien por Adán Delgado). Quince instrumentistas en esta ocasión. Música muy cinematográfica bien trabajada contrapuntísticamente. Como cierre una divertida pieza en cuatro partes de Bruce Broughton: Fanfares, Marches, Hymns y Finale. En la segunda nos vino a la memoria el Juego de las parejas del Concierto para orquesta de Bartók, aunque no tiene nada que ver. Agradable el canto sereno de la trompa de Epelde, que nos trajo asimismo el recuerdo seráfico de la Primavera Apalache de Copland.
En el Finale la formación al completo sonó “a toda pastilla”, seguimos los aires de un danzón y escuchamos ecos de la Consagración de Stravinski. Cierre en fugato muy nervioso y excitante. Ante los muchos aplausos, un bis: Caravan de Bissill en el arreglo de Tizol y Ellington. Ritmo y marcha. Lo pasamos bien. Arturo Reverter
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