Crítica: Fabiola Herrera, transgresión en el ciclo de lied
Fabiola Herrera, transgresión en el ciclo de lied
Teatro de la Zarzuela. Madrid, 25 de noviembre de 2019.
Obras de O.Straus, Satie, Weill, Gugliemi, Poulenc, Lecuona, Zamacois,Junco, Grever, Carrillo, Ruiz Galindo, Capó, Piazzola. Nancy Fabiola-Herrera, mezzosoprano y Mac McClure, piano.
Es bueno que conciertos y recitales varíen un poco y se abran por dos motivos: porque los géneros son más amplios que ayer y porque el público se cansa de escuchar siempre lo mismo. Por eso abogo desde hace mucho tiempo porque los conciertos sinfónicos incluyan partituras de películas o de musicales como piezas más de los programas y los ciclos de lied canciones populares que el tiempo han convertido en clásicas.
Así se planteó el recital de Nancy Fabiola Herrera, abarcando piezas de cabaret, tal y como rezaba el título general, y otras no tan de ese género. Hubo variedad, con una primera parte con Satie, Weill, la preciosa canción “Les chemins de l’amour” de Poulenc y dos dedicaciones a la inmortal Edith Piaf: “La vie en rose” y una improvisación a piano del citado Poulenc. En la segunda parte protagonismo de Latinoamérica.
El problema es que una cosa es el mundo del lied y otra este más popular, en torno al cabaret y la puesta en escena de uno y otro no puede ser la misma. Sobraron las entradas y salidas al escenario tras algunas de las melodías, tanto aplauso, las luces se debían haber reducido en algunos momentos, etc. Afortunadamente se acertó en el popurrí de Junjo, Grever, Carrillo, Galindo y Capó, sin interrupción y todo ligado. Ese era mejor camino. Una escena de la ópera “Maria de Buenos Aires” de Piazzolla y la “Balada para un loco” cerraron un recital que gustó, pero no fue redondo.
Acompañó bien al piano el americano Mac McClure, lo que podría parecer en principio extraño, pero es que el pianista lleva muchos años asociado a la música española y comprende a Albéniz, Montsalvatge o Granados. Nancy Fabiola Herrera es una de las mezzos más solicitadas de la actualidad y, como hispano-venezolana entiende la segunda parte del recital como algo propio y tanto su inglés como su francés mostraron correcta dicción y entendimiento de su fraseo. De vocalidad poderosa y penetrante, matiza, expresa y comunica con gracia y garbo e incluso picardía, como demostró en las peculiares piezas de Joaquín Zamacois escritas para el Paralelo barcelonés. El éxito se habría redondeado con una puesta en escena más informal y próxima. Gonzalo Alonso
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