MESSA DA REQUIEM (G. VERDI)
Auditori del Palau de les Arts de Valencia. 12 Diciembre 2013.

Pocos son los teatros importantes  de ópera  que no han ofrecido la Misa de Requiem de Giuseppe Verdi durante este año como homenaje al compositor en el bicentenario de su nacimiento. Excepciones siempre existen, entre las que llama poderosamente la atención que ABAO haya dejado pasar la oportunidad de hacerlo, a pesar de abanderar el Ciclo Tutto Verdi. Creo que el Réquiem era obligado este año en ABAO y otras tendrían que haber sido las decisiones a tomar para haberlo hecho posible.

Entre la abundante programación de la Misa de Réquiem de Verdi este año la anunciada en Valencia era de las que había que subrayar de manera muy especial. La presencia de Riccardo Chailly al frente de la estupenda Orquestra de la Comunitat Valenciana  hacía que las expectativas fueran muy altas, especialmente teniendo en cuenta el magnífico trabajo que nos ofrecieron conjuntamente hace ahora un año en La Bohème de Puccini. Lamentablemente, la enfermedad se ha interpuesto en los planes de los aficionados y Riccardo Chailly, recién nombrado director musical de la Scala de Milán, ha cancelado su participación en este Réquiem y no cabe duda de que el resultado artístico del
concierto se ha visto en buena medida lastrado por la defección del maestro italiano.

Indudablemente, la ausencia del maestro milanés ha condicionado en buena medida el resultado artístico de este Réquiem. Al frente de la dirección musical ha estado el también milanés Carlo Rizzi, quien ha tenido que lidiar con el problema de la sustitución. Su actuación ha resultado aceptable, si se quiere, pero no ciertamente la que ha llevado al público a llenar el auditorio del Palau de les Arts. La diferencia entre lo simplemente bueno y lo excepcional muchas veces consiste en matices. Nada fundamental ha fallado en la lectura del Carlo Rizzi, pero poco tiempo durará en mi
memoria el recuerdo de este Réquiem La Orquestra de la Comunitat Valenciana estuvo bien, pero alejada de la suntuosidad que ofreció  el mes pasado en Die Walküre sin ir más lejos. Muy bien el Cor de la Generalitat Valenciana.

El cuarteto solista no contaba con voces auténticamente verdianas en casi todos los casos, por no decir que en todos ellos, sin excepción.

Carmen Giannattasio tuvo una buena actuación, aunque no podemos considerar su voz como la más adecuada para cantar Verdi. La voz es agradable, corta por abajo.

Verónica Simeoni fue posiblemente la mejor cantante del cuarteto, pero tampoco su voz responde a lo que podemos llamar exigencias verdianas. La voz es agradable, algo corta de tamaño, y francamente bien manejada.

Giorgio Berrugi me resultó bastante decepcionante. La voz tiene un cierto atractivo, de tamaño más bien reducido y muy débil por abajo. La verdad es que esperaba bastante más de él.

El bajo chino Liang Li ofreció una voz de cierta calidad y de tamaño adecuado, aunque no esté sobrado de elegancia en su canto.

El Auditori del Palau de les Arts ofrecía una entrada muy próxima al lleno. El público se mostró cálido con el resultado del concierto, aunque no hubo bravos sino para el coro.

El concierto comenzó con 8 minutos de retraso, lo que no es muy aceptable hoy en día. La duración total del concierto fue de 1 hora y 23 minutos. Seis minutos de aplausos.

El precio de la entrada más cara era de 50 euros, siendo la más barata de 38 euros.  José M. Irurzun