Crítica: Ópera infantil ‘Itsasotik’ en la Quincena donostiarra
Así da gusto
Fecha: 8-VIII-2022. Lugar: Teatro Victoria Eugenia. Programa: Ópera infantil “Itsasotik” – “Desde el mar”. Voces principales: Lorea López, soprano; Urko Irigoien, tiple; Ágata Pagola, soprano; Narradores: Enara Lardizábal, Alain Sánchez y Ainhoa Tabuyo. Pianista: David de Oliveira; Coros: Escolanía Easo, Coro Easo Joven, y Coral Aila de Laredo. Dirección escénica, artística y escenografía: Mafalda Saloio: Preparador coral: Gorka Miranda. Director musical: David de Oliveira. Coproducción: Quincena Musical y Festival Internacional de Música de Santander.
Aún a un tercero de este festival quincenal doble puede que esta ópera, especialmente pensada, creada y armonizada para la grey infantil, le resulte uno de los espectáculos más importante que se hayan podido dar en esta Donostia Aldea.
Se pudo disfrutar de un espectáculo musical bonito, bien ideado, cuajado de conceptos claros para crear afición a la música clásica. Tal fue el caso de la ópera infantil “Itsasotik” (en castellano “Desde el mar”), que también hará cuna en el Festival internacional de Santander. Prueba de la aceptación de este evento es que el silencio infantil, durante la hora de duración del espectáculo, fue casi puro, lo cual denota que los ojos de los infantes estaban pendientes de cuanto ocurría en el escenario. Fue un cuento lírico de alto nivel.
El autor de la obra “Los cantos del mar“, Roger Calmel (1920-1998), es la base de este tratamiento de escena musicado, que narra la historia de una niña rescatada por unos marineros, que en medio de una tormenta cae al agua. Tras el rescate la desembarcan en una isla desierta donde se encuentra con un niño que se dedica a reparar las estrellas, y entre ambos nace el empeño de cambiar el corazón de los habitantes de la ciudad. De ahí nace el proyecto “Itsasotik”, en el que la producción escénica -atractiva y eficaz- se monta gracias a recursos materiales reciclados, así como el attrezzo y el vestuario. ¡Toda una lección, que implica a los espectadores en una atención permanente! El trabajo escénico, con personas que oscilan entre los 12 y los 16 años, fue realmente ejemplar, pues cada uno sabía lo que tenía que hacer, cómo lo tenía que llevar a cabo respecto a cuál era su posición sobre el escenario.
La escenografía de Mafalda Saloio y el acompañamiento musical al piano de David de Oliveira dieron el marchamo conjunto de una especial potencialidad al espectáculo. Los tres cantantes solistas, con el lógico apoyo de una bien acoplada amplificación para sus voces, ofrecieron un trabajo lleno de afectividad, entrega y elegantes maneras de vocalización. Lo mismo puede decirse de los tres personajes que llevaron a cabo la narración de esta especial ópera, que contó con el respaldo, inmejorable de la Escolanía Easo, el Coro Juvenil Easo y el cántabro Coro Aila de Laredo, cuyas voces estuvieron siempre perfectamente ensambladas gracias al duro trabajo previo del maestro Gorka Miranda, ausente del evento ya que tenía faena con los ensayos del Coro Easo para la producción próxima de la ópera ‘La Hija del Regimiento’ de Gaetano Donizetti.
Desde luego los ideólogos de este evento se merecen permanente gratitud por haber calado tan certeramente en la inicial historia cantada y musicada por el compositor francés Roger Calmel, quien durante su vida creativa y personal mostró sus innatos dones de generosidad creativa. ¡Así da gusto! Manuel Cabrera
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