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Por Publicado el: 07/04/2022Categorías: En vivo

Crítica: La Pasión según San Mateo en el Auditorio Kursaal

IL GARDELLINO BAROQUE ORCHESTRA (M. CREED)

¡Grandiosa!

Fecha: 4-IV-2022. Lugar: Auditorio Kursaal, San Sebastián. Programa: La Pasión según San Mateo, BWV 244, de Johann Sebastián Bach. Voces solistas: Jacob Pilgram, (tenor, Evangelista), Miriam Feuersinger (soprano), Clint van del Linde (contralto), Thomas Hobbs (tenor), Klaus Mertens (bajo), Benoit Arrnould (bajo, Jesús). Orquesta: Il Gardellino Baroque Orchestra. Coros: Vocal Consort Berlin y Escolanía Easo (director: Gorka Miranda). Director musical y maestro concertador: Marcus Creed.

Il-Gardellino-Baroque-Orchestra

Il Gardellino Baroque Orchestra

Son dos horas en las que confluye una convulsión espiritual -en modo constante- difícil de exponer sobre un texto, por causa de la belleza tonal, melódica y armónica que confluyen en esta obra. ¡Grandiosa en todos sus aspectos! En una de las conversaciones -pocas- que, sobre arte y música, tuve el privilegio de tener con el maestro Eduardo Chillida (escultor del espacio, a la par que filósofo vital), comentado determinados aspectos sobre la influencia que Bach tenía en su obra, me dijo: ” ‘La Pasión según San Mateo‘ me sumerge en emociones que me llevan a trabajar sobre el soporte de los silencios sonoros”. De inmediato tomé nota de ello y no se me olvidará nunca.

La versión de esta magna obra respecto a la que en esta líneas de hace la oportuna valoración, tuvo el marchamo principal de la elegancia por la sencillez expositiva, sin necesidad de un gran coro, tipo orfeón como ahora es al uso, donde todo fluyó con absoluta naturalidad de emotividad plena, sin grandes cambios en las modulaciones, como se aprecia en otras versiones y con el inconveniente de la carencia de un órgano en condiciones (¿para cuándo en el Kursaal?), por lo que tuvieron que emplearse dos armonios pequeños, uno a modo de instrumento pedal y otro como creador del acompañamiento melódico.

Creed hizo la presentación de una Pasión, Muerte y Crucifixión de Jesús cuajada en sutilezas, empleando la sección de viento madera con una dulzura en sus pasajes a solo como en los de acompañamiento vocal que puede reputarse como extraordinaria, al igual que la viola de gamba en sus intervenciones apoyando a las voces de los solistas. El trabajo que Bach le encomienda al cantante que hace el papel de Evangelista es, como se dice vulgarmente de “agárrate que vienen curvas”, pues es un recitativo casi de continuo, que requiere un tremendo esfuerzo de expresividad, cuestión que fue bien resuelta por el tenor ligero Pilgram, aunque al principio le costó un poco entrar en situación para colocar la voz en su sitio. El aria “Bhute nue, du liebes Herz!” (¡Sangra, querido corazón!) fue el pulcro ejemplo para cuanto trabajo le vino luego a la soprano Feuersinger, colocando su limpia fonación dentro de una expresividad cuajada en ternura. El bajo Arnould, que interpretó el papel de Jesús, tuvo momentos de dudas a la hora de dar de sí cuanto el compositor puso en el pentagrama, sobre todo en el significativo recitativo “Der mit del Band mil mir in die Schlüsset tauchet” (“En que meta su mano en el plato”).

Ni un solo reparo al estupendo coro Vocalconsort Berlín, tanto por el ensamblaje de sus voces como por la aportación individual de alguno de sus componentes. Creed tuvo el acertado gesto de alabar la participación de las dieciocho voces blancas de la Escolanía Easo que, sin partitura, y con el impacto sonoro siempre sobresaliente, intervinieron en la primera parte del concierto, haciéndose notar y destacando en las cuatro corales en que participó. Tal es así que el maestro tuvo la deferencia de dirigirse especialmente al doble estrado central en que estaban colocados los infantes e infantas easonenses, para con sus sinceros aplausos mostrarles su agradecimiento y satisfacción.

En el número 68 de la obra, integrado por la coral “Wir sets uns mit Tränen ni Eder” (Llorando nos postramos”), con el que finaliza la obra, el clímax de emotividad se había cargado con tal intensidad en el aforo que coro, solistas y músicos que integran el lujo de Il Giardellino Baroque Orchestra, dejaron el aura perfecta de la grandeza de esta obra. Manuel Cabrera

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