CrÍtica: Plácido Domingo en el Festival Noches de la Maestranza
Triunfo torero de Plácido Domingo en Sevilla
Festival Noches de la Maestranza. Plácido, Domingo, Jorge de León y María José Siri. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Eugene Kohn. Sevilla, Plaza de Toros de la Real Maestranza, 17 de septiembre de 2022.
Plácido Domingo ha demostrado muchas veces su capacidad de superación y de resistencia década tras década. Tras los reveses artísticos y mediáticos de este verano era razonable esperar que su aparición en Sevilla fuese un mero trámite arropado por otros cantantes que llevasen el peso del programa. Pues no, Domingo, que llegó al coso maestrante directamente desde la gala de entrega de los Premios Escaparate, se erigió en el centro del concierto. Es verdad que le costó entrar en harina, porque su “Nemico della patria” y su dúo “Invanno Alvaro” con Jorge de León mostraron a un Domingo muy corto de fiato y con lapsus de memoria del texto, con un temblor en la voz que se fue matizando poco a poco. Eso sí, se frustró escuchar en condiciones ese momento de La forza del destino (única de las grandes óperas sevillanas que sigue sin ser programada por el Teatro de la Maestranza tras treinta años de existencia) en el que Verdi sabe usar el color vocal como elemento definidor de caracteres, pues si me apuran sonaba más oscura la voz de León que la de Domingo. Lo mismo ocurrió en “Mira di acerbe lagrime” de Il trovatore, donde frases como “Io del rival sentir pietà?” sonaron sin el odio y la ira que una voz baritonal más oscura que la de Domingo precisa. A cambio, en este pasaje verdiano el tenor madrileño tenía ya la voz a pleno rendimiento. Sorprende que con el paso de los años se mantenga sin marchitar el bruñido esmalte y el color de la voz, capaz de expandirse con autoridad y potencia. Su fraseo sigue siendo el de siempre, vibrante, cargado de dramaticidad y de fuerza expresiva. Y con una afinación impecable que le permite abordar las notas limpiamente. En la segunda parte, dedicada a la zarzuela, estuvo impecable y exultante con un “Luché la fe por el triunfo” en el que, sin embargo, se notó la dificultad para abordar la media voz. Cerró con un “No puede ser” como pocas veces se lo puede escuchar en la actualidad.
Lo de Jorge de León es ya repetitivo y preocupante. La voz no fluye con naturalidad, sale a borbotones y con estrangulamientos continuo en la zona de paso. El sonido es fluctuante, tremolante a veces y la afinación siempre aproximativa. Para alcanzar las notas superiores tiene que recurrir a portamentos continuos, lo que redunda en un fraseo amanerado. Debería aprender de Domingo, que estuvo por encima toda la velada.
La digna partenaire de Domingo fue María José Siri, una auténtica soprano verdiana que inició su actuación con una sensacional messa di voce en “Pace, pace, mio Dio” de La forza del destino, para ir moldeando un fraseo muy detallado. Estuvo espléndida en el dúo antes citado de Il trovatore, con facilidad para resolver las coloraturas. éxito que corroboró en los fragmentos de zarzuela, especialmente en Los claveles y La Marchenera, con una articulación clara y llena de garra.
Eugene Kohn, director especializado en este tipo de eventos donde tan a menudo lo de menos es lo puramente musical, comandó de forma rutinaria a una Sinfónica de Sevilla que tampoco se lo tomó muy en serio, sobre todo las secciones de violines desangelados y sin empaste. De todas formas, la amplificación convertía en plano el sonido orquestal, a la vez que lo metalizaba totalmente. Kohn metió la directa y se instaló en dinámicas con muchas efes en los interludios orquestales algo que siempre funciona con la mayoría del público de estos festivales. Andrés Moreno Mengíbar
Confirma lo que dicen muchos.. ya es hora de retirarse.
Pues el triunfo habrá sido torero, pero el espectáculo, con amplificación incluida, debió de ser terrible.
Si ciertamente tuvo algun que otro fallo, cierto que olvido en algun momento la letra
Pero sigue siendo El maestro a su edad