Critica: Récord olímpico en el Teatro Real, dos bises en una función de Radvanovsky y Kaufmann
TOSCA (G. PUCCINI)
Teatro Real. 22 Julio 2021
Llegan a su fin las representaciones de Tosca en el Teatro Real, que ha contado con las 4 últimas funciones que podemos considerar extraordinarias, al contar con la presencia de los grandes divos del momento, es decir Anna Netrebko y Jonas Kaufmann, aunque no han coincidido en ninguna de ellas.
Así como la representación de ayer, con la presencia de la diva rusa, suponía un terceto protagonista nuevo, en esta ocasión la novedad consiste únicamente en la presencia de Jonas Kaufmann en la parte de Mario Cavaradossi, acompañado, por tanto, de Sondra Radvanovsky y Carlos Álvarez. Terceto difícil de superar, como saben todos los aficionados y que se volverá a repetir en unos días, aunque en versión de concierto, en el Festival de Peralada.
Nuevamente, por tanto, asistimos a la producción de Paco Azorín y nada hay que añadir a lo dicho en otras ocasiones.
La dirección musical ha estado una vez más en las manos y en la batuta de Nicola Luisotti, que ha vuelto a ofrecer una buena lectura, aunque también en esta ocasión ha habido algunos excesos de sonidos en el primer acto de la ópera.
Floria Tosca fue una vez más la soprano Sondra Radvanovsky y su actuación se ha visto de nuevo coronada por el triunfo. No cabe duda de que se trata de una de las grandes sopranos del momento en este tipo de repertorio y su Tosca es de las de no olvidar fácilmente. Su voz es muy particular y no podemos decir que tenga una belleza extraordinaria, pero está muy bien manejada, ofreciendo una gran amplitud y brillando en las notas altas. Hace unos días yo decía que las comparaciones son inevitables y tengo que decir que asistir en días consecutivos a las Toscas de Anna Netrebko y de Sondra Radvanovsky es un raro privilegio. En mi opinión son las dos grandes Toscas del momento, con mayor belleza vocal por parte de la rusa, lo que no hace, sin embargo, que su Tosca quede por encima de la de la americana. Una vez más y tras una interminable ovación, que superó los 3 minutos de duración, accedió a ofrecer un bis de Vissi d’arte, aria en la que brilla de manera muy especial.
Mario Cavaradossi era en esta ocasión el gran tenor alemán Jonas Kaufmann y hay que decir que su actuación no solamente ha sido muy buena, sino que ha quedado claramente por encima de las que ofrecieron en días pasados sus tres colegas en el personaje.
Volvía Kaufmann al Teatro Real, donde no había cantado ópera sino una única vez y de eso han pasado ya 22 años. Fue en La Clemenza di Tito y poco tiene que ver hoy su voz con la de entonces. La interpretación de Jonas Kaufmann ha sido la cabía esperar de un artista de su categoría. Por primera vez en estas funciones de Tosca hemos escuchado una brillante interpretación de Recondita armonia, que fue un aperitivo para su estupenda actuación posterior, cantando siempre con gusto e intención con esa voz oscura y bella como pocas. Su aria del tercer acto fue muy personal, ofreciendo unos bellísimos piani, aunque no descarto que pudiera parecer excesivamente almibarada para algunos aficionados. También él tuvo que bisar la mencionada aria tras una atronadora e interminable ovación, que también pasó de los 3 minutos de duración. Dos bises en una representación será seguramente marca mundial.
Nuevamente era el Barón Scarpia era el barítono malagueño Carlos Álvarez, que volvió a ofrecer una buena actuación, aunque considero que no es el verismo lo más adecuado para sus cualidades vocales. Su actuación fue intachable, aunque, volviendo a las comparaciones, confieso que me resultó superior la de Luca Salsi el día anterior.
El resto de comprimarios eran los mismo de las representaciones anteriores, a los que ya me referí en su momento.
El Teatro Real había agotado sus localidades y el público disfrutó con la representación, a juzgar por las ovaciones dedicadas a los artistas.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración total de 2 horas y 46 minutos, incluyendo un intermedio, una breve parada entre los actos II y III y, por supuesto, los dos bises ya comentados. Duración musical de 2 horas y 4 minutos. Siete minutos de aplausos finales, atronadores en el caso de Sondra Radvanovsky, pero casi otro tanto para Kaufmann y Álvarez.
También en esta ocasión los precios eran extraordinario, costando 428 euros la localidad más cara. José M. Irurzun
Fotos. J. del Real
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