Critica: Reencuentro com Mannheim de la RTVE
REENCUENTRO CON MANNHEIM
Obras de Conforto, Richter, Zelenka, Nebra, Stamitz, Pisendel y Bach. Orquesta de la RTVE. Director: Aarón Zapico. Teatro Monumental, Madrid, 31 de octubre de 2019.
En el bloque “Orígenes y desarrollo de la sinfonía”, incluido en la didáctica programación de la Orquesta de la RTVE, se ha dedicado un programa interesantísimo a siete de los compositores que estuvieron en la prehistoria del género, en algún caso como miembros de la famosa Escuela de Mannheim. Ha sido una excelente idea gracias a la que hemos podido degustar manjares exquisitos y fuera de la órbita acostumbrada y tradicional.
La responsabilidad del concierto, tanto en lo que atañe a su selección como en lo que concierne a su realización, ha recaído en un veterano ya de mil batallas pese a su juventud: el mayor de los tres hermanos Zapico, base del conocido grupo Forma Antiqua, que posee ya experiencia también en situarse en el podio de orquestas modernas, a las que dirige sin batuta y sin timideces, con excelentes resultados y sabiendo adaptarse al instrumental y a la afinación modernos. Posee este músico asturiano un magnífico sentido del ritmo, que marca de manera muy clara, con leves pero precisos gestos de sus prestas manos. Señala las anacrusas muy nítidamente y engarza con suficiencia periodos, contrasta dinámicamente con naturalidad y controla los “rubati” nunca exagerados, amén de emplear con conocimiento de causa y la debida estrategia los silencios.
La “Sinfonía de ‘La Nitteti’” de Nicolás Conforto nos informó ya de la destreza en el manejo del “crescendo”, con un dibujo exacto y ágil. En la “Grande Symphony nº 4” de Franz Xaver, Richter, de notable duración, pudimos admirar los ataques virulentos, los barridos tempestuosos del “Allegro” inicial, aunque no se consiguiera la deseada transparencia en las imitaciones, y el detalle con el que se trabajó el incipiente desarrollo. Oscura nobleza en el “Andante” y buena ejecución de las vertiginosas escalas del “Allegro” de cierre. La nada breve “Sinfonía a 8” de Jan Dismas Zelenka nos permitió apreciar, a lo largo de los seis movimientos, la estupenda forma de algunos de los solistas del conjunto instrumental: concertino, primer oboe, fagot, chelo… Una obra magnífica, un sorprendente y sui generis “concerto grosso”.
La “Sinfonía a 4 WolS I. D-21” de Johann Stamitz, para cuerdas y clave, es una buena muestra del estilo Mannheim, que Zapico parece haber aprehendido por sus adecuados planteamientos dinámicos. Echamos de menos, no obstante, una mayor celeridad en los “Prestos” de apertura y cierre. Pese a las algo rudas sonoridades pudimos apreciar los elegantes dibujos de la Sinfonía en si bemol mayor de Johann Georg Pisendel, con la orquesta al completo (unos 35 músicos). Instrumentos actuales excepto los dos traversos, construidos en madera. Dos obras un tanto excéntricas y bien expuestas, la obertura de “Iphigenia en Tracia” de Nebra, y la “Sinfonía de la Cantata BWV 42” de Johann Sebastian Bach, completaron la encomiable sesión, acertada y concisamente comentada en sus notas por Blanca Gutiérrez. Arturo Reverter
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