Una dirección musical que puede ir a más

Fecha: 28-X-2022. Lugar: Auditorio Kursaal. Programa: Una noche en el Monte Pelado, de Modest Mussorgsky; Ghost Songs, de Gary Carpenter; Sinfonía nº 4 en Fa menor, OP. 36, Th27, de Piort Ilyich Tchaikovsky. Coro Easo, Escolanía y Coral Joven (director Gorka Miranda). Orquesta: Euskadiko Orkestra. Director musical: Roberto Forés Veses

Roberto Forés Veses

La calificación de esta crítica se inicia con la valoración de la persona que asumió la tarea de dirección musical y concertante, el valenciano maestro Roberto Forés Veses (1970), que llegó al Kursaal avalado de una sobresaliente armadura de trabajo ante importantes orquestas y manejando complejas obras musicales. El trabajo de Forés fue contundente, muy preciso y con una carrera -según lo escuchado y visto- muy prometedora. Aún le quedan maratones que correr sobre el podio.

La Euskadiko Orkestra, con notorias renovaciones, dio buena muestra de la disciplina rigurosa que le viene impuesta por el director titular Robert Trevino, quien ha conformado un orgánico de cualificada calidad con visos de ir todavía a más. Así en la breve pieza de Mussorgsky, Una noche en el Monte Pelado, orquestada y arreglada por Rimsky-Kórsakov, la sección de viento metal estuvo exultante, dando los colores oportunos al tenebroso brillo, asumiendo los lúgubres pensamientos poéticos en una atmósfera fantástica; haciendo galanura la cuerda, en la esperanza auditiva que supone el “amanecer” del final de la obra.

Era esperada con ilusión, cargada de inquietud, la labor de las voces de la Escolanía Easo y Easo Gazte/Joven ante el complejo reto que supone cantar la obra de Gary Carpenter titulada Ghost songs, cuyo estreno mundial tuvo lugar el 23 de noviembre de 2018, compuesta por encargo de Royal Scottish Nacional Orchestra, la City Birmingham Orquestra, la Royal Liverpool Philarmonic Orquestra y la entonces Orquesta Sinfónica de Euskadi. Esta obra se integra de seis partes, la mayoría de ella con textos de la poetisa escocesa Marion Emily Angus (de mundo fantasmal, mitológico, de leyenda, con manifiesta melancolía) y por el literato Robert Louis Stevenson, concretamente el tercer tema, siendo el quino de autoría anónima. El Coro Easo ofreció una magnífica actuación , ya que la complejidad de la obra impone una seria concentración y una constante atención a las indicaciones del maestro. Forés estuvo impecable. Bien meciere este programa ser grabado para dejar constancia publica de su calidad.

Acertadas gestualidades las de Forés en la Sinfonía n.4 de Chaikovski, que llevó a cabo con rotundidad y potencia. Sus cuatro movimientos mantuvieron al respetable en un continuo estado de emotividad. En el inicio del primer movimiento hubo mucha calidad, sobre todo en las trompas. En el segundo movimiento, Andantino in modo di canzona, el oboe nos sumergió, con su sonido y delicadeza, en un melancolismo esperanzador, ajeno a toda tristeza. Explosivo fue el trabajo de toda la cuerda en el tercer movimiento, y de ahí, casi sin solución de continuidad se pasa al cuarto y último movimiento, donde la melodía de una viaja canción rusa En el campo habla un abedul, cierra la obra con una tormenta sonora, a base del uso de platillos, una percusión dominante y un todo orquestal que puso las manos calentitas de tanto merecido, dominante, largo y muy sonoro aplauso. ¡Una magnifica velada musical! Manuel Cabrera