Crítica: Rodiles y la ORCAM, variado paisaje contemporáneo
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Variado paisaje Contemporáneo
Obras de Bernstein, Orbón, Buenagu y Villa-Lobos. Noelia Rodiles, piano. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Director: José Ramón Encinar. Auditorio Nacional, Madrid, 10 de junio de 2019.
Muy interesante sesión en la que se ponían en atriles tres composiciones del siglo XX y una del XXI, muy bien explicadas y situadas estéticamente por Alberto González Lapuente en el programa de mano (cuya lectura sólo es posible a través de Internet). De la escritura fugaz, “scherzante”, chisposa y agitada de la obertura de “Candide” de Bernstein a la minuciosa pintura ambiental, con sus placenteras evocaciones paisajísticas de “Bachianas Brasileiras nº 2” de Villa-Lobos pasando por la propuesta semiexpresionista, bartokiana y melancólica de la “Partita nº 4, Movimiento sinfónico para piano y orquesta” de Orbón y el cuadro evocativo, ondulante y cadencioso de “Balada Selfie 2” de Buenagu, estreno absoluto.
Músicas bien distintas que fueron traducidas con buen sentido, aplicación y conocimiento por Encinar, que, ahora sin batuta –uno más que abandona este adminículo-, volvió a mostrar su detallismo en la concepción y en la exposición. Quizá habríamos podido pedir algo más de claridad en las turbulentas líneas de la obertura de Bernstein, ofrecida de manera fogosa y vibrante. O algún rasgo más evidente de la extracción danzable de “Recuerdo en el desierto” de Villa-Lobos, segundo episodio de las “Bachianas”, cuya “Toccata: el pequeño tren del campesino brasileño” fue tocada y matizada, con los reguladores adecuados.
El concierto subió unos grados con la interpretación de la “Partita” de Orbón, una composición en tonos grises, de penumbrosas imágenes, en la que la materia aparece tratada magistralmente, variada con enorme fantasía, inmersa en estratégicas disonancias, como “resultado de un original diseño que combina de manera novedosa y conciliadora lo ornamental con lo motívico; una auténtica iluminación razonada” (Julio Estrada). Tuvo en los dedos ágiles y delgados de Noelia Rodiles, natural de Avilés (patria chica del compositor, luego emigrado a Cuba), fantasiosa en los soliloquios, precisa en los ataques, justa en las octavas, hábil para el claroscuro, la intérprete ideal. Regaló una pieza, del propio Orbón, una especie de suite de temas populares asturianos.
La obra de Buenagu, adiestrado en distintas facetas musicales, compositor un poco de vuelta de todo, es reflexiva, resumidora de muchos saberes, que recoge, a lo largo de cuatro secciones, otros tantos factores –el académico, el práctico, el selectivo y el individual- nos muestra, a lo largo de una audición confortable y nada problemática, un gusto exquisito por las texturas y un toque poético muy evocador. Leves disonancias dan entrada a distintos solos. Saxofón, trompa y clarinete bajo delinean agradables melopeas en “Selfie”; el coro, suavemente, desarrolla delicados melismas en “Octaedro”; el piano, en pasaje minimalista, ofrece un “ostinato” que promueve un lento “crescendo” en “Focal”, y el corno inglés dibuja preciosamente un paisaje evanescente en el que se diluye el coro en “Punto”. Muy cuidada interpretación, tras la cual el compositor recibió los aplausos del respetable. Arturo Reverter
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