Crítica: Samson et Dalila en la Staatsoper de Berlín
Elīna Garanča, la Dalila de nuestros días
Samson et Dalila (C. Saint-Saëns). Staatsoper de Berlín. 12 Febrero 2023
Termina este viaje a Alemania con esta representación de Samson et Dalila en la Staatsoper Unter den Linden de Berlín, que ha funcionado muy bien, especialmente en la partes vocal y musical. Samson et Dalila es sin duda la ópera más conocida de Camille Saint-Saëns, siendo una obra que anda a medio camino entre la ópera y el oratorio. De hecho, ésta fue la razón para que no pudiera estrenarse ni en París ni en Londres, y hubiera de hacerse en Weimar, cuando al frente del teatro de esta ciudad estaba Liszt.
La Staatsoper de Berlín nos ha ofrecido la producción del argentino Damián Szifron, cuyo trabajo se encuentra en las antípodas del de Martin Kusej la noche anterior en Carmen. El argentino se pone al servicio de la obra y hace un trabajo fiel al libreto y a la música, de los que podemos llamar realistas y hasta hiper realistas. La escenografía nos ofrece en el primer acto la plaza de un antiguo poblado de Israel, mientras el segundo acto nos lleva a la caverna de Dalila, terminando el tercer acto en un templo con columnas al fondo, resolviendo bien la destrucción final. Vestuario de época y adecuado y una correcta dirección de escena.
La dirección musical estuvo encomendada al joven (30) director alemán Thomas Guggeis, que es quien ha sido designado para dirigir la Tetralogía de abril en este mismo teatro, en sustitución de Daniel Barenboim. No había tenido ocasión de verle dirigir hasta ahora y la impresión ha sido muy buena. Estamos ante un director importante, del que oiremos hablar mucho en el futuro, además de ahora. Su dirección estuvo llena de fuerza, energía y emoción, cuidando siempre a los cantantes en escena. El sonido que obtuvo de la Staatskapelle Berlín fue mucho mejor que el de la noche anterior en Carmen. Muy bien también la prestación del Staatsopernchor en una obra muy exigente para ellos.
Samson fue interpretado por el tenor americano Brian Jagde, a quien había tenido ocasión de ver varias veces en el pasado y me ha sorprendido su evolución vocal, ya que estamos ante un tenor spinto-dramático, con una voz de calidad y de volumen amplio, muy adecuado para estos personajes. Su actuación fue francamente buena y no le pondría más defectos que el hecho de que tiende a ser algo monótono en su canto, abusando un tanto del forte.
Espléndida la prestación de Elīna Garanča como Dalila, pudiendo decir que se ha convertido en la Dalila de nuestros días. La voz es de una gran belleza y la cantante la maneja perfectamente en todos sus registros. En las dos ocasiones anteriores en que la había visto en este personaje me había producido una excelente impresión, excepto por el hecho de que su registro grave era un tanto débil. Hoy tengo que decir que todo ha funcionado a la perfección. Una gran Dalila en todos los aspectos.
El Sacerdote de Dagón era el barítono George Gagnidze, que me volvió a parecer un cantante con voz amplia y adecuada al personaje, pero con problemas de emisión, ya que es de los cantantes cuya voz se queda atrás.
Correcta la actuación de Paul Gay como El Viejo Hebrero, un tanto corto en las notas más bajas. Adecuado, Grigory Shkarupa como Abimelech.
La representación comenzó con 4 minutos de retraso y tuvo una duración total de 2 horas y 34 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas justas. Seis minutos de intensos aplausos, particularmente triunfales para Elīna Garanča, pero también para Brian Jagde y Thomas Guggeis.
La Staatsoper estaba prácticamente llena, siendo el precio de la localidad más cara de 95 euros y de 23 euros el de la más barata. José M. Irurzun
Últimos comentarios