ORQUESTA SINFÓNICA DE VIENA Y VILDE FRANG (A. OROZCO – ESTRADA)

La Filarmónica

Un Beethoven vivaz y aguerrido

Obras de Beethoven. Orquesta Sinfónica de Viena. Solista: Vilde Frang. Director: Andrés Orozco-Estrada. Temporada La Filarmónica. Madrid, Auditorio Nacional, 2 de marzo de 2022.

Vilde Frang y la Sinfónica de Viena en La Filarmónica (c) Cristina Asensio

Siempre que hablamos de orquestas vienesas lo hacemos pensando en la Filarmónica y dejamos de lado a otras como la de la Radio y sobre todo a la Sinfónica; conjunto este de larga historia y que ha sido dirigida por grandes maestros. Es una agrupación acrisolada, equilibrada en sus familias, bien engrasada, sin el espectro aterciopelado y transparente de su hermana, pero muy digno de tener en consideración; sobre todo si a su frente se sitúa un músico avezado, ordenado, con los pies bien plantados en el podio y con ideas.

Este es sin duda, en la actualidad, el colombiano Orozco-Estrada, que cada vez que viene por aquí nos deja buen sabor de boca. Es hombre menudo, ágil como un gato, movedizo, nervioso, en constante agitación; pero, al tiempo, parece tener las ideas muy claras, los conceptos muy firmes. Traduce con sapiencia y sentido sus concepciones y maneja una batuta flamígera que divide y subdivide compases con soltura y tino. Sobre esas bases ofreció, apoyado en su falange, una versión de líneas claras, proporcionada, rítmicamente precisa y ajustada, por momentos fustigante, de la “Sinfonía nº 7” de Beethoven.

La progresión desde el arranque hasta que rompe el “Allegro” del primer movimiento, el control de dinámicas, el trabajo contrapuntístico y el planteamiento fustigante del desarrollo fueron excelentemente medidos. Corrección absoluta y claridad meridiana en el “Allegretto”, con un trío bordado, en el “Presto” y acumulación de tensiones en el “Vivace” final, quizá excesivamente vertiginoso, aunque sin que las riendas se aflojaran o se trastabillara peligrosamente el edificio. Maderas cumplidoras y metales refulgentes y a toda presión. Y general sequedad dado lo cortante de la acentuación.

Previamente nos habíamos solazado con el esbelto canto de la noruega Vilde Frang (1986), que tañe un Stradivarius Engleman de 1709, con el que tocó el “Concierto” de Beethoven, donde mostró sus armas fundamentales: arco amplio y variado, espectro penetrante, quizá en exceso afilado en los agudos, fraseo fantasioso, ataques precisos, dinámicas bien estudiadas. Su canto es ondulante, a veces demasiado y su línea parece en ocasiones en exceso oscilante. Pero es una artista de talla que fue bien acompañada, “cortejada” podríamos decir. Regaló una transcripción del tema del himno alemán; ese que aparece en el famoso “Cuarteto” de Haydn, el “op. 76 nº 3”.

El concierto se cerró festivamente con un bis: la “Polka Pizzicato” de Johan Strauss, que fue interpretada primorosamente. Arturo Reverter