Triunfo que pudo haber sido mayor

Sondra Radvanovsky, soprano. Anthony Manoli, piano. Obras de Purcell, Händel, Rachmaninov, Strauss, Liszt, Heggie y Giordano. Gran Teatre del Liceu, Barcelona, 18 de diciembre de 2023.

Sondra Radvanovsky

No cabe duda de que Sondra Radvanovsky es una de las sopranos más importantes en los últimos años, una de las pocas que une una voz de calidad a una línea de canto extraordinaria. Verla anunciada en un recital en Barcelona fue suficiente para organizar un viaje y poder asistir al mismo.

Sondra Radvanovsky es una cantante muy especial para mí, ya que han pasado ya 23 años de la primera vez que la vi en escena, siendo ella una casi debutante. Fue en el Metropolitan de Nueva York donde la descubrí como Freia en el Oro del Rhin y unos días más tarde como Gutrune en el Ocaso de los Dioses. Su voz me llamó la atención poderosamente y, siendo una casi desconocida, pudimos disfrutar de su canto un par de años más tarde en Bilbao en un inolvidable Trovatore y un año más tarde en una Rusalka para el recuerdo. Desde entonces han sido muchas las veces que he disfrutado con su canto y lo sigo haciendo.

La Radvanovsky nos ha ofrecido una vez más su gran voz y extraordinaria calidad como cantante en un recital, de cuyo programa tengo serias dudas en cuanto a su adecuación para la ocasión. En mi opinión el programa ofrecido es más adecuado para un ciclo de Lieder que para un recital en un espacio como el Liceu, al que ha acudido un público al reclamo de su nombre y sus actuaciones históricas en representaciones de ópera en este teatro.

Sondra ha demostrado ser una gran cantante, pero donde realmente ha puesto el teatro boca abajo ha sido cuando ha cantado arias de ópera, lo que no ha ocurrido hasta el final del recital y en las propinas. Dentro de unos 20 días está anunciada su presencia en El Baluarte de Pamplona y creo que bien haría en ofrecer un programa con más presencia de arias de ópera. En resumen, ha sido un recital triunfal para Radvanovsky, aunque creo que podía haber sido mayor.

Se abrió el programa con el aria de Dido en la ópera Dido y Eneas de Purcell, bien conocida como el Remember me, con el que termina la ópera. A continuación, cantó el aria Piangero la sorte mia, de Giulio Cesare, de Haendel. Ambas arias sirvieron para calentar su voz. Siguió en esta primera parte con 3 canciones de Rachmaninof y otras 4 de Richard Strauss, en las que sorprendentemente utilizó partitura.

Abrió la segunda parte del recital con 3 canciones de Franz Liszt sobre sonetos de Petrarca, donde también cantó con partitura, siguiendo con otra canción dedicada a su madre, recientemente fallecida. Me refiero a If I had Known, de Jake Heggie. Terminó el recital con el aria La Mamma Morta, de Andrea Chenier, donde realmente brilló y obtuvo grandes aclamaciones.

El entusiasmo del público iba en aumento y hubo 3 propinas, todas ellas operísticas, comenzando con el aria de Gianni Schicchi O, mio babbino caro, cantada con mucho gusto, Siguió Pace, Pace, de La Forza del Destino, donde hizo una auténtica demostración de facultades y de saber cantar, recogiendo y extendiendo su instrumento con gran facilidad. Terminó con el Vissi d’arte de Tosca, en la que hizo otra gran demostración y puso el teatro boca abajo.

Repito, fue un recital triunfal y lo pudo haber sido mayor con otro programa. Sondra Radvanovsky, además de gran cantante, se ha convertido en una showwoman, que tiene una gran facilidad para conectar con el público. Le acompañó al piano Anthony Manoli, que lo hizo de manera destacada. El Liceu ofrecía una ocupación próxima al 90 % de su aforo.

José M. Irurzun