Crítica: Tolomeo en el Teatro Real
Un “Tolomeo” en concierto con excelente reparto
“Tolomeo” de Haendel. Jakub Józef Orliński (Tolomeo), Giuseppina Bridelli (Elisa), Paul-Antoine Bénos-Dijan (Alessandro), Andrea Mastroni (Araspe), Il Pomo d’Oro. Francesco Corti (Cembalo y dirección). Teatro Real. Madrid, 23 de abril de 2023.
“Tolomeo” fue estrenada en el King’s Theatre de Londres el 30 de abril de 1728, siendo la última que escribió Haendel para la Royal Academy de Londres. Marcó el final del primer gran período de Handel como promotor de ópera en Londres. Poco después del estreno, la Real Academia de Música, de la que era director, quebró, y el drama sobre el rey egipcio Ptolomeo IX, cansado del mundo, a quien su propia madre destituye del trono, quedó en el olvido a pesar de su belleza musical.
Llegó por segunda vez, y de nuevo en concierto, al Teatro Real. Lo hizo previamente en 2009 y, la verdad, lo lógico es ofrecer esta ópera así, ya que no presenta acción suficiente para una escenografía, si bien en casi aquellas mismas fechas se ofreció escénicamente en el Teatro Arriaga de Bilbao.
Estamos ante una sucesión de arias, a cada cual más bella, pero sin alcanzar otras célebres de Haendel, un par de preciosos dúos y el conjuntante final. Entre las primeras sobresalen “Stille amare”, “Se un solo e quel core“, “Non lo dirò col labbro“, “Son qual rocca” o la impactante acompañada de dos trompas. Entre los segundos el primero de los dúos entre Tolomeo y Seleuce del acto II. Se las reparten entre una soprano, una mezzo ligera, dos contratenores y un bajo, que cumplen perfectamente sus papeles hasta el punto de que, más o menos, todos alcanzan el nivel de Jakub Józef Orlinski, como lo fuera en su día el célebre castrato Senesino.
Orliński emocionó tanto al público como a la crítica como Tolomeo en el Händel-Festspiele Karlsruhe de 2020. El Süddeutsche Zeitung lo calificó como un “evento” y comparó su habilidad vocal con la de los castratos para los que Handel compuso originalmente sus partes masculinas. Orlinski admira por el equilibrio entre las coloraturas y las delicadezas de los momentos más íntimos, como su falsa muerte. A Melisa Petit la vimos como Ginebra en “Ariodante”, y volvió a mostrar un timbre tan atractivo como limpio y musicalidad en Seleuce. Lo mismo que la mezzo ligera Giuseppina Bridelli como Elisa. Cumplió el contratenor Paul-Antoine Benós-Djian en el papel del hermano de Tolomeo y destacó la potencia del bajo Andrea Mastroni como Araspe.
La dirección correspondió al italiano Francesco Corti. al frene de Il Pomo d’Oro, dentro de una gira europea, que recalará también en Les Champs Elysées de París o la Elbphilharmonie de Hamburgo. Hace no mucho vimos a director y agrupación, también en concierto, en la ópera “Radamisto”. Corti plantea una lectura dentro de la ortodoxia filológica, definida y articulada, aunque en momentos fuera de agradecer algo más de impulso vital en su forma de dirigir.
Una tarde de éxito redondo en un Teatro Real lleno hasta rebosar. Gonzalo Alonso
Últimos comentarios