Crítica: Tríos con piano de Beethoven
Beethoven y sus artistas
Tríos con piano de Beethoven. Jacobo Christensen (violín), David Apellániz (violonchelo), Carlos Apellániz (piano). Lugar: Ateneo Mercantil de València. Entrada: Alrededor de 150 personas. Fecha: Sábado, 25 marzo 2023.
Entre los grandes instrumentistas valencianos de las últimas décadas, los hermanos Apellániz ocupan lugar de cabecera. Tanto el violonchelista David Apellániz como el pianista Carlos Apellániz son músicos que suman a sus enormes talentos musicales una superlativa calidad expresiva. Naturalezas artísticas de primer orden, hermanas y parejas, pero al mismo tiempo rotundamente diferentes y personalísimas. David es apasionamiento a lo Rostropóvich; Carlos, cerebro a lo Richter. Uno y otro aunaron el sábado sus fuerzas al impulso joven y siempre prometedor del violinista Jacobo Christensen, tan valenciano como los Apellániz, a pesar de que estos nacieran en Irun y Jacobo lleve un apellido danés tras el que va el Fabuel de su madre, la aplaudida soprano y maestra Gloria Fabuel.
Los tres solistas se erigieron en un calibrado trío de cuidadas texturas para abordar en el Ateneo Mercantil de València un monográfico Beethoven integrado por dos composiciones tan magistrales como los tríos “Fantasma” y “Archiduque”, ambos del periodo medio, decididamente románticos, rotundamente novedosos. Así lo entendieron y expresaron los protagonistas de este programa, que respiraron y transpiraron guiados por un único criterio, como corresponde al instrumento perfecto que es cualquier conjunto de cámara que se precie. En el más que delicado, lentísimo y muy expresivo movimiento central del Trío “Fantasma”, la temperatura emocional creció hasta únicas excelsitudes beethovenianas. Ni siquiera el empeño de algunos espectadores en romper el sortilegio con la escandalera de sus toses, abanicos y cuchicheos pudo romper la concentración de los tres inspirados virtuosos fusionados sobre el escenario.
Nervio, autenticidad, virtuosismo y madurado sentido estético marcaron también la interpretación del siempre fascinante Trío Archiduque, cuyos calibrados cuatro movimientos fueron colofón de una vivificante tarde beethoveniana que se cerró con el regalo fuera de programa de una contrastante versión para trío de La muerte del Ángel, de Piazzolla. ¡Artistas! Justo Romero
Publicada el 27 de marzo en el Diario Levante.
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