Crítica: El Trovador, 2º y 3º reparto
IL TROVATORE (G. VERDI)
2º reparto: Buen nivel vocal, con matizaciones
Teatro Real de Madrid. 19 Julio 2019
Se han programado dos diferentes repartos del título, pero pueden considerarse prácticamente como tres, ya que por fechas hubo que sustituir a la soprano y al barítono del primer reparto. No se trata de cancelaciones, sino que no podían cubrir los titulares todas las fechas. El precio de las localidades es el mismo a pesar de la diferencia de calidad.
Escena
La representación que nos ocupa ha tenido un buen resultado en el aspecto vocal, aunque con matizaciones, mientas que la dirección musical ha funcionado para mi gusto por debajo del día anterior y la producción escénica sigue siendo tan poco atractiva como siempre.
Nada, por tanto, añadiré sobre la producción de Francisco Negrín y sus espectros. Sigue sin gustarme.
La dirección musical de Maurizio Benini me ha resultado más plana que el día anterior, manteniendo el exceso de sonido en ocasiones.
El nuevo Manrico era el tenor italiano Piero Pretti, a quien ya había visto en el mismo personaje en ocasiones anteriores. La última de ellas fue en Sevilla en el mes de Marzo. Se trata de un tenor lírico de voz atractiva y homogénea a lo largo de toda la tesitura, cuyo mayor problema radica en su falta de expresividad cantando. No me convenció su interpretación del aria Ah, si ben mio, La Pira fue bien resuelta, aunque no hubo sino un único verso.
Lo más completo en términos vocales de la representación fue la actuación de la soprano rusa Hibla Gerzmava en la parte de Leonora. La voz es importante, atractiva y amplia en el centro, de las voces que no abundan. Su agudo es algo metálico y hay una cierta monotonía en su canto. Fue en conjunto una buena Leonora.
Azucena era la canadiense Marie–Nicole Lemieux, cuyas características vocales no son las más adecuadas para interpretar a la madre de Manrico. Ella es más bien una contralto, como así se puede leer en el programa de mano, y está claro que Azucena necesita una mezzo-soprano. Así como la canadiense es una magnífica Mrs. Quicky en Falstaff, aquí la cosa funciona mientras la tesitura anda por el centro, pero su tercio agudo está muy comprometido y bordea, cuando no supera, el grito en más de una ocasión.
El barítono polaco Artur Ruciński volvió a mostrar una vez más su atractiva y adecuada voz en el personaje del Conde Luna. Me llamó la atención su control de respiración, verdaderamente digno de ser destacado. Su actuación hay que considerarla como buena, aunque su canto resulta un tanto monótono, ya que canta todo invariablemente en forte.
Repetía como Ferrando el bajo italiano Roberto Tagliavini, que volvió a ofrecer una buena prestación.
Repetían también los intérpretes de los personajes secundarios. Eran Cassandre Berthon(Ines), Fabián Lara (Ruiz) y Moisés Marín (Mensajero).
El teatro ofrecía una ocupación algo superior al 90 % de su aforo. El público se mostró un tanto frío durante la representación, aunque mostró mayor entusiasmo en los saludos finales.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 42 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 14 minutos. Seis minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era 225 euros, costando la más barata con visibilidad plena 42 euros.
3º ‘nuevo’ reparto: Los cambios funcionaron bien
Teatro Real de Madrid. 21 Julio 2019.
Estas notas cubren este reparto tercer reparto que puede considerarse como uno más de los programados. El resultado ha estado en línea con los anteriores, es decir un resultado positivo en lo vocal, mejorado en lo musical y negativo en lo escénico.
Nada hay que añadir a lo dicho los días anteriores sobre la producción de Francisco Negrín.
La dirección de Maurizio Benini me ha parecido en esta ocasión más intensa y hasta más matizada que en el segundo reparto. Estuvo más en línea con la del primer día que asistí a estas representaciones.
Repetía como Manrico Francesco Meli, cuya actuación ha sido muy parecida a la ya narrada del primer reparto. Es un notable cantante con sus apreturas por arriba, que quedan en clara evidencia en la Pira.
Leonora fue en esta ocasión la soprano armenia Lilian Haroutounian, cuya actuación ha sido buena, con voz amplia y adecuada a las exigencias del personaje. Cantó con expresividad y, únicamente sus notas bajas resultan un tanto insuficientes. En cualquier caso, hay que decir que hemos tenido tres buenas Leonoras en estas representaciones.
Repetía como Azucena la mezzo soprano rusa Ekaterina Semenchuk y volvió a ser la triunfadora de la representación. Pocas pegas pueden ponerse a su prestación, especialmente una vez pasada Stride la vampa, que es donde ella brilla menos.
El nuevo Conde Luna era el barítono griego Dimitri Platanias, que mostró una voz amplia y adecuada, con el inconveniente de la escasez de colores en la misma, lo que hace que su canto sea invariablemente abierto y con excesiva monotonía. Está algo apretado en las notas altas.
Repitió su buena actuación de días anteriores Roberto Tagliavini como Ferrando.
También repetían los personajes secundarios, que lo hicieron bien de nuevo. Eran Cassandre Berthon (Inés), Fabián Lara (Ruiz) y Moisés Marín (Mensajero)
El Teatro Real ofrecía una entrada de alrededor del 90 % de su aforo. El público se mostró cálido con los artistas, siendo los mayores aplausos para Ekaterina Semenchuk.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 44 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 16 minutos.
El precio de la localidad más cara era 225 euros, costando la más barata con visibilidad plena 42 euros. José M. Irurzun
Fotos: J. del Real
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