Critica: Xabier Lete in memoriam
XABIER LETE IN MEMORIAM
Auditorio Kursaal
Fecha: 5-XII-2020. Lugar: Auditorio Kursaal. Programa.: Hesia Urraturik, oratorio sinfónico coral, no litúrgico, -estreno absoluto-, de Joxan Goikoetxea. Intérpretes solistas: Miren Urbieta-Vega (soprano), Beñat Egiarte (tenor), Anne Barron (escolana solista), Eñaut Elorrieta y Maite Laburu (cantautores). Coro: Landarbaso Abesbatza. Director del coro: Iñaki Tolaretxipi. Orquesta: Kaabestri Ensemble. Director musical y maestro concertador: Juan José Ocón.
Para quien no lo ha tratado, pero sí escuchado sus canciones y leído (en traducción al castellano) las letras de estas, no existe duda alguna que Xabier Lete, el poeta, el cantante de raíces populares (no del pueblo que no es lo mismo), el filósofo en conformar su propia existencia y el humanista por existir desde principios éticos, bien merecía el homenaje, que aquí se valora, in memoriam al cumplirse décimo aniversario de su ausencia entre nosotros.
Ha sido su amigo, el músico, compositor y eminente acordeonista Joxan Goikoekxea el que ha escrito esta obra “Hesia Urraturik” (“Rompiendo cercas”, podría ser en una traducción libre), en la que en trece movimientos se recibe y reescribe el pensamiento poético de Lete, sin atender a la literalidad de sus textos, pero cautivando de emoción a través de una música preñada en la sencillez expresiva (compleja en el pentagrama), en el lirismo tonal y en el uso de unas armonizaciones cuajadas en sutiles emotividades. Desde luego ha sabido hacer una lectura muy hermosa del interiorismo emotivo del propio Xabier Lete.
La verdad es que uno ya se cansa de poner palos entre las ruedas de la carreta, pues con los años se llega al convencimiento de que lo importante es que discurra en su rodadura lo mejor posible. Ya habrá tiempo de significar al arriero que ha uncido al elemento tractor para que se lleven a cabo las debidas reparaciones y se subsanen las adecuadas descompensaciones. Así que en esta ocasión déjense ese tipo de precisiones para quien, personalmente, quiera recibirlas.
Landarbaso Abesbatza, con su acreditada nobleza, llevo el peso principal de la participación coral de la obra, sonando bien, pero mejor podría haberlo hecho cantando -cuando así era necesario- sin el uso de las mascarillas anti-bicho pandémico, ya que -insistiré hasta la saciedad- en la emisión de las voces, pierden riqueza las ondas sonoras si se tiene delante uno o dos paños que limitan el sonido del órgano fonador. ¡Qué pena no haber podido gozar con plenitud del maravilloso sonido de este coro!
Momentos de felicidad artística es el que goza la soprano Miren Urbieta-Vega, cuya voz va adquiriendo unos más sólidos colores en la tesitura de soprano spinto. Se le apreció seguridad, correcto empleo en la regulación del diafragma y dulzura en la expresividad. Gratísima sorpresa el haber escuchado la voz del tenor vizcaíno (Amorebieta) Beñat Egiarte, que ha decidido abandonar la medicina y la cirugía en favor del canto lirico. Posibilidades: todas; trabajo y estudio: ¡la que le espera! Pero tiene un material de muy cualificado nivel. Ahora, en esa exultante juventud que exhibe, tiene que acertar con el adecuado maestro de canto y con quien tenga oficio en representar sus intereses. Si así es (esperando que lo sea) ahí va el pronóstico de un hermoso futuro.
Kaabestri Ensemble ( con un orgánico recrecido) no se acoquinó ante las partituras abiertas sobre sus atriles e hizo una lectura bien conjuntada en colores muy empastados, claro que para ello tenía sobre el podio la sabia batuta del maestro Ocón (por qué en su tierra le arrinconan?, será porque habla muy claro?), que hizo una concertación rotunda, llena de expresividad en los tiempos y dulzura en la métrica impuesta por el compositor, presentándonos con su refinada gestualidad a un Xabier Lete lleno de encantamiento, como fue el caso del Kyrie -V- y del Aita Gurea -XI-. ¡CONGRATULAZIONI A TUTTI! Manuel Cabrera
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