I FESTIVAL INTERNACIONAL DE PIANO JOSÉ ITURBI

Goyescas para Amparo

Intérprete: Marta Zabaleta, piano. Obras de Händel, Liszt y Granados. Lugar: València, Centre Cultural La Beneficència. Fechas: 26 septiembre 2020

Festival Iturbi Marta Zabaleta (c) Eva Ripoll

Hace ya bastantes años que la vasca Marta Zabaleta (Legazpi, Gipuzkoa, 1972) figura entre lo mejor del piano español. En València, en el marco propicio del I Festival Internacional de Piano José Iturbi, donde también han participado los pianistas Javier Perianes, Gustavo Díaz Jerez y Josu de Solaun, Zabaleta ha vuelto a demostrar su expresiva calidad pianística en una interpretación de Goyescas de Granados plena de luminosidades, registros, vivacidad, refinamiento y un virtuosismo empeñado en servir a la obra maestra. La cita festivalera tenía como objetivo recordar y homenajear a la gran pianista valenciana Amparo Iturbi (1898-1969), sobresaliente intérprete de Granados –como atestigua su temprana y apenas conocida grabación de Goyescas–, y cuya dimensión ha quedado empañada por la poderosa imagen de su hermano, el gran José Iturbi.

Como Amparo Iturbi, Marta Zabaleta, actual directora de la Academia Marshall –fundada por el propio Granados en 1901–, siente próximo el prodigio de Goyescas. una obra que ella como aquella conoce al detalle y con la que tantos vínculos tiene y mantiene, no solo por la cercanía genuina con la diosa Alicia de Larrocha, sino por una naturaleza pianística tan franca y natural como la que destila el compositor leridano en su obra maestra. Zabaleta quiso dedicar el recital a su antecesora Amparo Iturbi, y así lo expreso en breves palabras que dirigió al público: “Ella fue una gran intérprete de Granados, con quien incluso estudió en Barcelona. Para mí es un honor participar en este homenaje a Amparo Iturbi y dedicarle mi versión de Goyescas. Espero que les guste”. 

Ya desde los primeros momentos, en la magia dieciochesca de “Los requiebros”, la muy peligrosa página que abre los seis números de Goyescas, Zabaleta evidenció esa estrecha identificación entre intérprete y creador que hace que todo fluya natural y espontáneo, hasta casi velar las inmensas y nada gratuitas exigencias técnicas. Con su pianismo expansivo, cargado de colores y sutilezas, cantó con efusión y anchura “El coloquio en la reja”, cargó de pulso y picardía los acentos de “El fandango de candil” y se volcó en la magia congelada del prodigio de “La maja y el ruiseñor”, que tocó más con el alma que con los dedos, como hacía la inolvidable Alicia. La guinda, tras la meditación dolorosa en forma de balada de “El amor y la muerte” y la introspección final del “Epílogo”, llegó con un rapidísimo El Pelele cargado de brillo, desparpajo y nervio pianístico.

Como preámbulo, Marta Zabaleta calentó el ambiente del sugerente Patio del Centre la Beneficència con su viva y casi romántica visión de la Chacona en Sol de Händel y unas “Campanas de Ginebra” del primer libro de Años de peregrinaje de Liszt cuyas evocaciones y armonías parecen anunciar el futuro impresionismo. El éxito, claro, fue mayúsculo, y el recital aún se prolongó con el regalo del “Zapateado” que cierra la colección Cantos populares españoles, que compone Granados en 1895, de acuerdo a un pianismo y estética que en absoluto presagian el milagro venidero de Goyescas. Justo Romero

Publicado el 30 de septiembre en el Diario Levante