Critica: Carmen de Bieito en el Liceo. Dos repartos
CARMEN (G. BIZET)
Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 12 Enero 2024
2º Reparto
Vuelve al escenario del Liceu la ópera Carmen, que se repreeentó aquí por última vez en mayo de 2015 y lo hace con la misma producción de entonces y de otras veces anteriores. Me estoy refiriendo a la bien conocida de Calixto Bieito, que cumple este año los 25 de existencia desde el verano de 1999, cuando se estrenó en el entonces incipiente Festival del Castell de Peralada.
La representación que nos ocupa corresponde al segundo de los repartos programados y su resultado ha dejado que desear, especialmente en términos vocales. Se puede y se debe esperar más del Liceu de Barcelona.
Estamos, pues, ante la bien conocida y exitosa producción de Calixto Bieito, que ha viajado por muchos teatros en este tiempo, siendo una coproducción del Liceu, la Fenice de Venecia, el Teatro Massimo de Palermo y el Regio de Turín.
En una concepción minimalista traslada la acción a tiempos modernos – posiblemente años 70/80 del siglo pasado -, lo que resulta perfectamente adecuado, pues no hay que olvidar que el personaje de Carmen finalmente no es sino un mito y estos son intemporales. Como Elektra o Salomé, también Carmen puede adaptarse a cualquier época y, particularmente a la nuestra, ya que el enfrentamiento entre dos maneras de entender la vida – libre y sin ataduras en el caso de Carmen, y tradicional y machista en el de Don José – siguen teniendo una gran actualidad.
La producción cuenta con una escenografía que ofrece un espacio vacío, rodeado de una especie de barrera circular. Los cambios de algunos pocos elementos escénicos crean la ambientación necesaria. Una cabina telefónica y un gran mástil en el Acto I, un Mercedes en el acto II, más Mercedes y el toro de Osborne en el tercero y el escenario vacío para el último acto.
En la producción destaca poderosamente la dirección escénica de Calixto Bieito, verdaderamente digna de un gran hombre de teatro. El trabajo que lleva adelante con coro y figurantes es sencillamente espectacular, de los que únicamente se pueden disfrutar con un gran director de escena y unos cuerpos estables puestos a sus órdenes. Particularmente notable es el supuesto desfile de cuadrillas en el acto IV, desfile que únicamente se adivina por los gestos del coro, que tiene una actuación escénica y vocal fantástica. No faltan toques eróticos gratuitos y provocadores, que son puntuales y perfectamente prescindibles.La dirección musical corrió a cargo de Josep Pons, el titular del teatro, cuya labor me ha resultado un tanto irregular. Su lectura me ha parecido un tanto monótona y rutinaria en los dos primeros actos de la ópera, mejorando en intensidad en la segunda parte, especialmente en el último acto. No puedo hablar mucho de la Orquesta Sinfónica del Liceu, ya que mi ubicación en la sala (próxima al escenario y muy lateral) hacía que el sonido me llegara bastante desequilibrado. Buenas las prestaciones del Coro del Liceu, así como del Coro Infantil Amics de la Unió.
En este esegundo reparto estuvo anunciada siempre como Carmen la mezzo soprano armenia Varduhi Abrahamyan, que canceló hace unas fechas, siendo sustituida por la israelí Rinat Shaham, aunque el programa de mano (en este caso más bien simple hojita) sigue anunciando a la mezzo armenia. La actuación de Rinat Shaham me ha resultado decepcionante, con una voz un tanto reducida, un canto sin interés y una interpretación que no va más allá de la corrección. Una Carmen insuficiente.
Don José era el tenor americano Leonardo Capalbo, cuya actuación tampoco me ha resultado convincente. La voz está bien, pero su canto tiende siempre al forte, estando más bien comprometido en las notas altas. Su aria de la Flor apenas consiguió aplausos del respetable. Como intérprete ofreció lo mejor en la escena final.
Micaela fue interpretada por la soprano Jeanine De Bique, que ofrció lo mejor en su aria del tercer acto, pasando casi desapercibida en la del primer acto. La voz me resultó exesivamente metálica y desde luego no es una Micaela para el recuerdo.
El “Toreador” Escamillo fue interpretado por el barítono americano Eric Greene y su actuación canora dejó bastante que desear. La voz tiene escasa calidad y anda apretado por arriba. Tampoco como intérprete ofrece nada digno de ser destacado.
Las compañeras de Carmen fueron interpretadas por Jasmine Habersham (Frasquita) y Laura Vila (Mercedes). La primera ofreció una voz muy metálica y poco atractiva, mientras la segunda lo hacía bien, aunque la voz no está sobrada de decibelios.
Lo hicieron bien Jan Antem como Dancaire y Carlos Cosías como Remendado. Correcto Felipe Bou como Zúñiga, así como Toni Marsol como Morales.
La representación comenzó puntualmente y tuva una duración de 3 horas, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 27 minutos. Escasos aplausos a escena abierta y no llegaron ¡bravos! a mis oídos. Los aplausos más intensos fueron para Micaela tras su aria del tercer acto.
El Liceu ofrecía un lleno total. El precio de la localidad más cara era de 286 euros, habiendo butacas de platea desde 147 euros. La localidad más barata con visibilidad plena costaba 61 euros.
Fotos: T. Bofill
José M. Irurzun
Pues a mi no me convenció