XV Ciclo de lied
De la naturalidad
Obras de Schubert. Ian Bostridge, tenor y Graham Johnson, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 3 de noviembre.
Ian Bostridge ha vuelto al ciclo de lied por tercera vez. El tiempo no ha pasado en vano, ha ganado mucha madurez, ha conseguido recursos sorprendentes de un instrumento no especialmente consistente y ha aumentado el caudal vocal. También ha logrado eliminar algunos defectos, como el abuso del falsete, si que sin embargo logre evitar en el oyente la sensación de falta de espontaneidad. El canto ha de parecer espontáneo, aunque en realidad no lo sea, tal y cómo aseguró Franco Corelli en más de una ocasión. Esa es virtud de los más grandes cantantes.
Bostridge representa la heterodoxia en su forma de estar en el escenario y en la de interpretar. Alto, delgado y muy desgarbado, canta Schubert retorciendo el cuerpo, sin saber qué hacer exactamente con las manos, como aquél Julio Iglesias de los inicios. A esa desenvoltura artificial añade inteligencia, sensibilidad y musicalidad, sin que le duelan prendas al buscar tintes baritonales en algún registro grave. Ha conseguido dominar muy bien los recursos de una voz no especialmente privilegiada. Y su estilo, tan lejano a la naturalidad con la que un Fritz Wunderlich cantaba las mismas páginas, encaja perfectamente con los gustos de los “sibaritas musicales” de nuestro tiempo, quienes quizá hasta logren pasar por alto el que “Der Atlas” ó “Der Doppelgänger” le viniesen demasiado grandes.
De alabar la ausencia de descanso y el excelente acompañamiento de Graham Johnson. Gonzalo Alonso